BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Ahora que comiencen a pensar que van a tener que rascar la olla y que le vayan a pedir a su “papá Milei”, si antes no se cortan las venas con una motosierra, dicen los entendidos económicos, luego de las declaraciones de Milei y de haber regresado de Washington donde fue a recibir instrucciones de “cómo sigue una vez instalado en la Casa Rosada”. Así el melenudo electo, ya está abriendo el paraguas y habla de “estanflación”.
Pero lo más paradigmático y hasta irreal –parece que fuera un sueño cruel—es que los mismos personeros del nuevo gobierno electo, ya están abriendo el paraguas y buscando salvavidas. Así lo describe hoy artículo de Página 12, con el título “A días del cambio de Gobierno: Una empresa de la familia Caputo desvinculó a cientos de trabajadores y adelantó vacaciones”.
En el mismo el matutino porteño dice que “se trata del personal de tres plantas de Río Grande, en Tierra del Fuego, y se calcula que habrá 600 familias afectadas”.
Luego agrega: “A días del cambio de Gobierno con la asunción de Javier Milei, un grupo de empresas pertenecientes a Nicolás Caputo, el ‘hermano del alma’ de Mauricio Macri y primo del futuro ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, desvinculó a cientos de trabajadores y adelantó vacaciones en varias plantas de Tierra del Fuego, donde funciona el gran parque industrial que emplea a buena parte del sector privado en la provincia.
’’Según informaron los trabajadores de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) regional, el grupo Mirgor desvinculará a partir del 1º de diciembre a todos los contratados de tres plantas fabriles de Río Grande y a los trabajadores bajo modalidad de Prestación Permanente Discontinua (PPD)”.
Bueno esto es lo que votaron los fueguinos y es de lo que se van a lamentar toda la vida, dicen analistas económicos de los principales diarios de la zona. “Es lo mismo que pasó luego de la asunción de Prat Gay como ministro de Economía, en diciembre de 2015, cuando de golpe instaló una devaluación del 60 por ciento, mientras que el ministro de Energía de ese entonces, José Luis Aranguren (empleado de Shell), aplicaba el más cruento tarifazo con facturas que iban desde los 20 a 200 mil pesos, según la envergadura de la empresa”, dijeron. Fue lo que destruyó el ciclo económico positivo del kirchnerismo. Lo hicieron “sólo por buscar el cambio”, influidos por los medios al servicio de EE.UU.
Fueron los mismos medios destructores de los argentinos, los que comenzaron a avivar el verso de la “reconversión”, cuando las empresas comenzaron a hablar de “recesión económica” y se comenzó a dar un fenómeno que sólo se había vivido en la década del menemismo y delarruismo, en los 90’.
Hoy el melenudo empleado de Washington está hablando de “estanflación”, que quiere decir un “parate económico con mucha inflación”. Dicen otros, que los “mileisistas van a tener que matar a sus gatos si quieren echarle algo a la parrilla para fin de año”.
Así toma curso, una película que ya vimos y sufrimos.
