BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Una mujer y su niño fueron fotografiados durmiendo en pleno Cabildo y Juramento, en la Ciudad de Buenos Aires, distrito gobernado “hace 20 años” —y hablan de Venezuela— por Juntos por el Cambio, que a esta altura ya es una apología de hechos que “nos revuelven las tripas y nos hace pensar: cómo se les podría entregar de nuevo la administración del país”. Son los mismos que “todos los santos días presionan con el ‘dólar blue’, con que el FMI no negocie con el Gobierno nacional, los que pararon las dos obras más importantes para el circuito energético nacional: las represas Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, los que permitieron el vaciamiento del Banco Nación a través de la empresa santafesina Vicentin, los mismos que fugaron más de 120 mil millones de dólares, entre privados y estatales, y ahora, además, alimentan el odio por las redes sociales, cuando delincuentes como Sturzenegger, Prat Gay, Dujovne o el mismísimo Cavallo quieren darnos lecciones de cómo manejar la economía, con el agregado del armado y puesta en marcha del más grande aparato de espionaje —como en los mejores tiempos de la Dictadura– para perseguir, humillar y encarcelar opositores, con el único fin de hacer desaparecer al Peronismo”.
A nosotros nos revuelve las tripas, porque estamos hechos de otra madera. Porque corre sangre en nuestras venas, mientras ellos alimentan “sus insatisfechas vidas plegadas al mal”, saben que por méritos propios jamás alcanzarían a siquiera ser “un vocal de una junta vecinal”. Pero pedirle que Horacio Rodríguez Larreta se digne por los pobres que deambulan por las calles, luego de esta maldita pandemia, buscando guarecerse “del cansancio de pedir, de caminar y de no tener un techo, mientras los negociados están a la orden del día para convertir a la ex bella Buenos Aires en una mole de cemento para aumentar las cuentas bancarias de sus amigos y parientes, mientras se siguen creando hordas de nuevos ‘presos sociales de departamentos’, quedarán prisioneros para siempre del nihilismo cambiemita”.
Desde lo más profundo del ser del hombre debe haber una molécula que haga repulsión y revulsión a lo que pasa en nuestra vecindad, para decirse “debo hacer algo para cambiar esto. Si pasa esto es porque algo de lo que hago va en contra de esa familia que está en la calle. Pararme frente a mis hijos para mirarles la cara y abrazarlos, y complotarnos para cambiar este tremendo ‘cross’ que nos deja esa fotografía, en pleno barrio Belgrano, para plantarnos y no apoyar lo que nos dice Clarín, La Nación, Infobae, Mitre, Rivadavia o La Nación +”.
