CHINA FOR EXPORT: la actriz habló de sus raíces jujeñas en Purmamarca; ahora entendemos su sangre caliente

La China Suárez en Purmamarca. Más feliz no se puede ser, en un pueblo que revitaliza con sus encantos y bellezas. Acá junto a Amancio. (Foto. Instagram).

PURMAMARCA, Jujuy (Especial para EL SOL ABC-Por Marcelina Quispe). Su figura fina y esbelta, con sus rizos rubios llenos de encantó iluminaron las calles de este pueblo lleno de sabiduría y encanto ancestrales.

Y así pudimos ver a la famosa China Suárez caminando y regodeándose del límpido aire de Purmamarca, dibujada por la mano de Dios y pintada con sus acuarelas de colores vivos. Y así esta preciosa amazona, que hoy es requerida por modistos, managers, conductores, programas de TV, productores de cine, detiene su cuerpo para la foto, para el mohín cómplice a la cámara. Nada más que antes había posteado “recuerdo a mi padre y mi tío masticando hojas de coca, y escuchando folclore”, para dar a conocer el origen de su sangre: jujeña, mezclada mágicamente de atardeceres en correteadas por el Xibi-Xibi.

El diablo carnavalero se le metió en el cuerpo a la China, disfrutando a más no poder su estadía en Jujuy. (Foto: Instagram).
La actriz con su hijita Magnolia. (Foto: Instagram).

Y así tímidamente, la mujer que es hoy precisa hablar de por qué fue atraída para trabajar en la Puna y casi Quebrada de Humahuaca, junto a El Profesor de Casa de Papel (serie española de mucho éxito en Neflix), Álvaro Morte. “Bueno, primero llegó porque es bueno volver a las raíces y qué mejor lugar que volver por esas calles por las que transité”, dice la actriz.

Hoy con 29 años y madre de tres preciosos hijos Rufina Cabré (8), Magnolia (3) y Amancio Vicuña (1), sabe lo que quiere y por eso tanto revuelo sobre su figura. Pero quedó latiendo en el corazón de los jujeños ese posteo mágico en Instagram, donde dijo muy dulcemente: “Jujuy y alguna fibra que tocó en mí. Su música, sus colores, su energía. Volví a mi infancia en una noche. Colmada de recuerdos, imágenes. De mi papá y mi tío masticando coca y escuchando folclore en el living de mi casa. Una noche con mis hijos comiendo humitas y empanadas, escuchando música y entendiendo que nunca necesité más que eso para ser feliz”.

Todos los medios de Buenos Aires hablan de chismes, de los que se retroalimentan, mientras que por acá nos interesa ella como mujer que nos representa y que muestra de por qué los hombres mueren por ella: la cálida sangre que corre por sus venas está emparentada con ese sol caliente de verano que a veces nos sacude, que a veces nos aturde.