CHACO: ya se trabaja para “sembrar nubes” en la alta cuenca del Paraná

Acá se ven los "misiles" de ioduro de plata junto a un avión Pipper en Mendoza, donde son utilizados para bajar la carga de hielo en una nube o también para "sembrar" en ciertos sectores de altitud en la zona de Cuyo para "fabricar" lluvias. (Foto: diario Norte).

RESISTENCIA, Chaco (Especial para EL SOL ABC-Corresponsalía). Muchos chaqueños comienzan a reaccionar luego del largo letargo sojero y ven “como castigo a tanta angurria lo que pasa con el río Paraná”. “Somos esclavos de nuestras propias cagadas”, decía un productor capitalino que tiene campos pasando Roque Sáenz Peña, sobre la ruta nacional 16, de este a oeste.

Ya desde muchos sectores económicos y comerciales, tanto de Chaco como de Corrientes y Misiones ven con mucha preocupación lo que sucede con la fuerte sequía que sufren provincias como Chaco y Corrientes, y de menor manera Misiones, por la falta de lluvias y del fuerte calentamiento como de posibles incendios que se vienen, principalmente en la provincia de Chaco.

Ante ello, según el diario Norte local, en nota de días pasados sacó informe de la Universidad Nacional de Cuyo, con asiento en la ciudad de Mendoza, que dice que “en un trabajo del departamento de comunicación institucional de la Universidad Nacional del Nordeste se sondea esta posibilidad a través de la experiencia del doctor en meteorología Jorge Rubén Santos, de la Universidad Nacional de Cuyo”.

En el extenso documento se plantea: ¿Es sobrenatural o milagroso generar lluvia de manera artificial? Definitivamente no, para nada, esa posibilidad es tan factible que pasó a integrar desde hace tiempo el estrecho espacio donde la ciencia ficción y la realidad se dan la mano.

La falta de lluvias es un duro impacto para el avance de muchos países del mundo, jaquea su desarrollo productivo y desmorona la salud de las poblaciones.

El cambio climático profundizó y extendió los “territorios secos” a otros puntos del planeta, los que hace un par de décadas eran un vergel. En este escenario la ciencia toma protagonismo y materializa lo que siempre estuvo entre los intereses del hombre: manipular el clima.

Con décadas de investigación algunos, y otros un poco menos, una liga de países encabezados por Arabia Saudita apuesta a perfeccionar un método que permita hacer llover en una zona puntal de la geografía.

Los ensayos realizados buscan optimizar el procedimiento conocido como ‘siembra de nubes‘.

No es más que una forma de manipular el clima intentando cambiar la cantidad de precipitación de una nube (en forma de agua o nieve) o bien modificar el tamaño de los granizos.

En cualquiera de los casos se utiliza un compuesto químico de sales que se inyectan en una nube, lo que provoca un cambio en la microfísica del cúmulo generando el efecto deseado (lluvia, nieve o granizos pequeños).

Descrito así parece un juego de niños, ¿por qué entonces no hacer llover cada tanto en la zona que se desee? Porque no es sencilla su ejecución, requiere ajustar una serie de variables técnicas que van desde el tipo de nube a sembrar, la concentración de productos químicos a inyectar, datos fiables de estudios de campo y una inversión varias veces millonaria en estaciones de monitoreo y equipamiento en radares de última generación.

Pero quizás el mayor problema roce la esfera política, por haber desconocimiento de cómo estos experimentos de intervención climática que se realizan en un determinado punto, pueda generar un “efecto mariposa” en otras zonas.

 

Experiencia en el país

En el mismo informe de diario Norte, se destaca que esta experiencia ya “se realiza en Mendoza de manera discontinua. En la zona cuyana desde la década del 60 se siembran nubes para evitar que granizos de gran tamaño afecten las plantaciones de vid y frutales.

’’El doctor Jorge Rubén Santos, quien trabaja en el análisis de fenómenos extremos de esa región mediante la simulación numérica, explicó cómo funciona este método científico.

“En Mendoza se viene realizando el sembrado de nubes desde hace décadas. En los 70 se aplicaba el método ruso, que utilizaba como vector unos cohetes que diseminaban ioduro de plata a una altura determinada de la atmósfera.

’’Desde el 2000 se adoptó el sistema americano, que hace un poco más precisa la técnica, al utilizar un avión para inyectar en las nubes el agente químico que hará disminuir el tamaño de los granizos.

’’La ventaja de este método es que se puede ir en busca de la nube correcta para realizar el ‘sembrado‘ “, finaliza Santos en su exposición describiendo como se actúa en la provincia de Mendoza.

Fuentes: diario Norte – FM Roque S. Peña -SMN