BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por W. Panzeri). Hoy, en este domingo especial de julio, los argentinos fuimos inyectados por la más grande inyección de alegría inmensa y también de esperanza, para que nos unamos más en pro de los valores y costumbres que defendemos todos.
Anoche 11 jugadores, a los que hay que sumar a todo el plantel, como a todo el equipo técnico (médicos, masajistas, preparadores físicos, cocineros, enfermeros, choferes, etc), nos dieron una alegría mucho más grande que el mítico Maracaná, que fue todo argentino luego del inolvidable triunfo de la Selección Nacional frente a los locales, gracias ese pase casi milimétrico y exacto de De Paul para que Ángel Di María le pusiera la pincelada final para una jugada, de esas que nadie espera y por eso, quizás, hasta los brasileños se vieron sorprendidos.
Siempre hemos escuchado a los agoreros, a los que quieren ver a la Selección derrotada, como una especie de ir en contra a todo lo que sintetice olor a pueblo, pero anoche con lo expuesto por 11 jugadores que dejaron su pellejo, o sino basta ver cómo terminó con el tobillo Salvio o el mismo Lionel en el partido frente a Colombia, ahora se suman al “gran coro nacional de orgullo y de pasión”.
De estas pequeñas hazañas está hecha la vida, de estos pequeños hechos nacen los grandes logros, y hoy el país está “detrás de derrotar al más peligroso y criminal enemigo, que es el virus del Covid-19, que nos arrinconó como país, como sociedad, para encerrarnos en el desánimo y en que todo está mal, pero hay situaciones como las que vivimos anoche que nos hacen sentir que Dios aprieta, pero no ahorca. Nos está diciendo que hay un porvenir mejor, que las puertas de nuestra imaginación están abiertas de par en par, para que soñemos y nos esforcemos para que todo lo que hagamos lo vamos a lograr”.
Cuántas figuras, cuántos ex jugadores, más los que alzaron trofeos en los Mundiales del 78 o del 86, o en copas sudamericanas –anteriores a la Copa América— que anoche se sintieron emocionados nuevamente, recordando con cariño y pasión lo que a ellos les tocó vivir. Y también viendo a un gigante Lionel Messi, pese a no tener la noche soñada, por qué es el “gran capitán” y de por qué sus compañeros lo quieren y lo respetan. Con un Diego desde el Cielo haciendo hurras y alentando como el que más.
Un párrafo especial, merece el DT Lionel Scaloni, que luchó y puso su entereza para sobrellevar todas las críticas. De él es mérito haber logrado “ese grado de compañerismo, solidaridad y lealtad” entre los 23 jugadores convocados y que ahora ponen los ojos en Qatar 2022.
Vibramos todos. Hoy domingo, es ese día de solaz familiar para los abrazos, para los reencuentros y para seguir ilusionándonos por una Argentina feliz, que está a la vuelta de la esquina. Es cosa, que nos demos cuenta.
