SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (Especial para EL SOL ABC). Luego de la detención de empleado judicial en el día de ayer, comienzan a aparecer datos concretos de una megabanda narcotraficante que tiene origen en Tarija (Bolivia) y que por conexiones habría logrado hacer centro en esta capital y otras ciudades de la provincia, desde donde se distribuía cocaína y marihuana hacia CABA, AMBA y la ciudad de Rosario de Santa Fe.
Autoridades policiales tucumanas informaron que desde Tarija (Bolivia), Orán, San Miguel de Tucumán, Arcadia (localidad ubicada a seis kilómetros de Concepción), posiblemente Rosario, Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esa era la ruta de la droga de una organización narco tucumana-boliviana que fue desarticulada en un operativo que se desarrolló en cuatro provincias. Uno de los integrantes es un empleado judicial cuyo nombre no fue confirmado aún por las autoridades.
La banda que se investiga ahora en Bolivia estaría ligada a “empresarios vitivinícolas”, que camuflaban sus actividades delictivas como “exitosos empresarios dedicados a la producción de vinos en cercanías de la ciudad de Tarija y en la localidad Valle de Concepción”. De acuerdo a lo que dicen las autoridades tucumanas, ya se habría cursado pedido de colaboración con la Policía Nacional Boliviana para ahondar con el origen de la banda para así lograr su total desarticulación.
Desde el lado tucumano
Mientras, que, con la detención de cuatro integrantes de la banda, todos tucumanos, se llega luego de un año de seguimientos y escuchas, como rastreo de rutas utilizadas por los narcos para traer desde Bolivia la droga, se llegó hasta la localidad de Arcadia, a unos 60 km de Concepción, donde funcionaba depósito de fraccionamiento y camuflaje de la droga recibida para luego “ensamblarla en las llantas de autos y camionetas”.
Una de las aristas más importantes de este caso es que uno de los integrantes de la organización era empleado del Poder Judicial. “No es común. Ni los más memoriosos recuerdan una situación como esta”, reconoció un veterano empleado judicial al comentar la detención del sospechoso por una causa de estas características.
El joven, que trabajaba en la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) fue arrestado en un allanamiento que se desarrolló en un domicilio de la capital tucumana. De esa vivienda, además de celulares, secuestraron varios vehículos.
No existen antecedentes en Tucumán de que un empleado judicial haya sido encerrado en un calabozo por haber formado parte de una organización dedicada al tráfico de drogas a nivel nacional.
El raid
Este fue el resultado de una investigación realizada por personal de Gendarmería Nacional y dirigida por un juzgado federal de Buenos Aires. El expediente se abrió hace más de un año, pero hasta ahora nadie puede determinar hasta dónde llegará, si hay más personas involucradas y, mucho menos, cuáles son sus vínculos.
La única certeza es que los tucumanos no sólo aparecen como los proveedores, sino que contaban con la logística necesaria para llevar adelante las operaciones. A pesar del hermetismo, los investigadores sostienen que el grupo tiene las mismas características de los que operan en las ciudades salteñas que limitan con Bolivia.
Según los primeros indicios, los cuatro detenidos en esta provincia se encargaban de comprar cocaína y marihuana provistas por estos “empresarios vitivinícolas” de Bolivia. La trasladaban hasta algún lugar del Gran San Miguel de Tucumán para enfriarla (en la jerga narco es mantenerla oculta durante unos días para evitar que sean halladas) y, por último, la llevaban hasta Arcadia.
A los narcos bolivianos este tipo de sociedades les permite “arriesgar menos el pellejo”, ya que sólo entregan la droga, pero el mayor desgaste y riesgos lo corren los argentinos.
No se provee nombres de los detenidos porque la investigación sigue en curso en estos momentos, dijeron las autoridades.
Fuentes: Gendarmería-Juzgado Federal de Orán-Contexto-DEA
