SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial para EL SOL ABC-Por Francisco Deoli). Sabiéndose ganador de antemano porque el pueblo de Jujuy es el único grupo que igual lo vota, a pesar de la “hambruna” que le hace soportar con bajos sueldos, donde docentes, policías, administrativos del Estado son “felices” porque los tiene encandilados con las fotos que postea en las redes felices con su mujer Tulia y su nuevo vástago.
Pero, sin embargo, un rumor corre en los cabildeos políticos de lugares donde se reúnen los principales dirigentes de Jujuy, en esta ciudad capital: allí se dice Morales no va ir por otro mandato gubernativo en la provincia, porque bien podría introducir, mediante proyecto, para cambiar el articulado de la Constitución Provincial para acceder a un nuevo mandato, porque mayoría absoluta tiene.
Desde el entorno de Rubén Rivarola, parte del círculo íntimo del gobernador, se dijo que “él está empeñado en recomponer al radicalismo nacional, porque no quiere quedarse a vivir en Jujuy luego de su gestión y por eso está fortaleciendo nexos y contactos con la dirigencia nacional para postularse en las PASO de 2023 con un grupo de dirigentes netamente radicales y allí instalarse a vivir en algún country de la provincia de Buenos Aires”.
De allí que en las últimas semanas se lo ha visto en compañía de Mario Negri, Alfredo Cornejo y otros en viaje por Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe; allí por lo bajo habría dicho: “Estoy preparado para comandar el Frente de Juntos por el Cambio para enfrentar al peronismo a nivel nacional en 2023. Ya es hora que dejemos ser furgones de cola del PRO”.
Cómo deja la Provincia
Mientras ello ocurre, acá en la Provincia está dejando un cerco perfecto para que cuide sus espaldas: una Corte Provincial de Justicia con mayoría radical, un cuerpo legislativo con absoluta mayoría, y una red de intendencias acorde a sus pretensiones políticas. Asimismo, se supo que está preparando a dos de sus benjamines preferidos para sucederlo: son el actual ministro de Salud, Gustavo Bouhid y el sempiterno intendente de San Salvador, el Chuli Jorge.
Y lo que sabe Morales, es que una vez dejado el poder en Jujuy hay mucha tela para cortar para investigarlo, por derecha y por izquierda, como por ejemplo “el negociado con el ingenio La Esperanza, el tremendo endeudamiento con bancos internacionales, en una deuda que llega a los 2 mil millones de dólares, el avance anticonstitucional sobre terrenos donados a la Provincia por el Dr. Pablo Soria en la localidad de Chalicán, el desmanejo con el Banco Acción Social, donde fue utilizado para especulación financiera con intermediación de su cuñado, el avance sobre instituciones e infraestructura de la Tupac Amaru, negociado mediante JEMSE de recursos como el litio con corporaciones mineras foráneas, avance en juicios fraudulentos contra dirigentes políticos como les sucedió a la líder de la Tupac Milagro Sala y varias de sus militantes, que muestran a la provincia con el único feudo con dirigentes políticos presos, etc, etc”.
Y con todos estos antecedentes, Morales pretende que el pueblo de la Nación lo elija presidente en 2023. O está tomando la misma medicación que Macri, Carrió o Bullrich, o cree que el trabajo fino que hizo con las redes sociales lo va a implantar con éxito en el país.
Otros dicen que es muy fuerte el cagazo que tiene, que desde ya ha comenzado a tejer redes para salir indemne de Jujuy. Los más escépticos dicen: “Y claro, tiene el apoyo de los Blaquier”.
Mientras el pueblo de Jujuy no reaccione todo esto será una película que se volverá a repetir una y otra vez, para desgracia de él mismo.
