LOS “INFLUENCERS”, EL MARKETING Y LA PUBLICIDAD: cómo es el proyecto de ley que regularía su relación

Es la misma gente la que hace ganar dinero a personas que quizás no tengan ningún aporte positivo a la sociedad. (Foto: iProUP).

BUENOS AIRES (Especial-iProUP). Las reglas que la publicidad debe seguir en medios como la televisión desaparecen cuando los anuncios llegan a las redes sociales, un espacio donde los “influencers” pueden promocionar casi cualquier producto a cualquier hora, una realidad a la que ahora se debate en el Congreso en cómo ponerle límites.

Un proyecto impulsado en el Senado por la el Frente de Todos busca que, a partir de su aprobación, los “unboxing” –desempaquetado de productos a publicitar, para mostrarlos a los seguidores– o los “giveaway” –sorteos– que se hagan con fines publicitarios tengan que identificarse como tal.

Esta es una de las varias medidas con las que Cristina del Carmen López, senadora que presentó el texto, busca regular las acciones de las estrellas de internet.

“Como Cámara preferimos la autorregulación pero, en el contenido (del proyecto), estamos de acuerdo en todo”, explica el presidente de la Cámara de Anunciantes Argentina, Philip Pérez, que señala que el proyecto recoge “buenas prácticas” que ya se siguen en la industria y que no cree esta ley sea necesaria.

El texto pretende que las publicaciones publicitarias en redes sociales realizadas por cuentas verificadas deban identificarse con el hashtag #publicidadpaga y mencionar a la empresa que contrata al influencer. Además, debe respetar los códigos éticos publicitario y los ingresos deben ser facturados como lo haría cualquier otro autónomo.

Pérez destaca que es erróneo interpretar esto como un “impuesto al influencer” y añade que el sector ha hecho llegar propuestas para depurar el texto como un cambio en el hashtag por uno más corto como #ad y una relajación de las cantidades de información requeridas para las redes con límite de caracteres como Twitter.

 

Un mercado en depuración

Un estudio realizado en mayo para analizar los cambios de comportamiento desarrollados por los consumidores argentinos durante la cuarentena por la consultora Kantar detectó que el 30 % de las personas que compraron en internet durante la cuarentena eran usuarios primerizos.

Como explica el abogado especialista en Internet y director de Informática Legal, Miguel Sumer, hasta la fecha no “hay nada que los regule concretamente, ahora mismo está liberado a la responsabilidad individual del llamado influencer o del anunciante”.

Para Sumer, uno de los problemas es que muchos influencers no están formados para hacer publicidad y simplemente por su número de seguidores o su campo de influencia le empiezan a llegar oportunidades de promocionar productos, que, “lo mismo luego terminan siendo fraudulentos”.

Recientemente estalló el caso de Lumi Spa, un aparato de la empresa Nu Skin que prometía mejorar la piel de la persona que la usaba, ampliamente promocionada en redes por influencers del país.

La Secretaría de Comercio Interior actuó de oficio contra la empresa que las comercializaba por realizar presuntamente anuncios que “incitaban a engaño y confusión” y promover un modelo multinivel que no se ajustaba a la legalidad argentina.

El proyecto de ley presentado al Senado establece un régimen de sanciones para anunciantes e influencers que realicen malas prácticas que van desde la amonestación, la retirada de la publicación hasta sanciones económicas que equivaldrían a entre 10 y 1.000 salarios mínimos del país – que asciende a 16.875 pesos (u$s 223)—.

Desde los anunciantes, Pérez opina que el mercado de los influencers se está depurando y solo están quedando aquellos que realizan buenas prácticas y que son más profesionales, ya que son aquellos que interesan realmente a las marcas.