SALTA (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Están desorbitados por el giro que tomó el Gobierno nacional, luego de la crisis desatada por la carta de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, que todos los entes regidos por la Embajada de EE.UU. en la Argentina salieron a criticar con dureza y con poca argumentación las medidas de cambio de gabinete y sin esperar medidas concretas empezaron
a “dar un panorama desolador de lo que le espera al país tras algunas declaraciones de los funcionarios oficialistas y de los que tomarán hoy mandato tras su juramento”.
Tanto es así, que El Tribuno salió en su edición digital de hoy con el título agorero “El plan de Cristina le costaría al país 550 millones hasta fin de año”, basándose en un informe de INVECQ, una consultora económica que trabaja para empresas ligadas a la Embajada norteamericana en el país, tal el caso del diario digital Infobae y la embotelladora de gaseosas Coca-Cola. La que además cuenta en su staff ejecutivo a sujetos como Esteban Domecq, Matías Surt y Esteban Bulat, economistas con máster en la universidad CEMA, ente bancado por el Departamento de EE.UU., para la infiltración y puesta en marcha de medidas a favor de la economía neoliberal de mercado en el país. Téngase en cuenta que, además, que parte del CEMA está integrado en su directorio con personajes como Ricardo López Murphy, Roque Fernández, Orlando Ferreres, Fernando de Santibáñez, Manuel Sacerdote, para citar algunos de la flor y nata de economistas y agentes financieros que juegan a la especulación y entrega del patrimonio nacional. Sabiendo en quién se respalda El Tribuno para dar su informe, uno debe saber cuáles son los propósitos de los macristas con el país.
La vicepresidenta de la Nación fue muy clara en su carta al Presidente, al señalar uno de los puntos que le habían jugado en contra al Gobierno, es que “Confío, sinceramente, que con la misma fuerza y convicción que enfrentó la pandemia, el Presidente no solamente va a relanzar su gobierno, sino que se va a sentar con su ministro de Economía para mirar los números del presupuesto. El año pasado, con ocasión de presentarse el mismo, se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5 % del PBI sin pandemia a partir de marzo del 2021 –situación que no se verificó como es de público y notorio–. Cada punto del PBI en la actualidad es alrededor de $ 420.000 millones. A agosto de este año, a cuatro meses de terminar el año y faltando apenas unos días para las elecciones, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1 % del PBI. Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4 % del PBI… más del doble de lo ejecutado y restando sólo cuatro meses para terminar el año… con pandemia y delicadísima situación social. No estoy proponiendo nada alocado ni radicalizado. Al contrario, simplemente estoy recogiendo lo que en este contexto global de pandemia está sucediendo a lo largo y a lo ancho del mundo, desde Estados Unidos, pasando por Europa y en nuestra región también: el Estado atemperando las consecuencias trágicas de la pandemia”.
Y esa es la idea de los enemigos ocultos de la Argentina, que se guarecen en consultoras, universidades y ongs que juegan abiertamente contra los intereses nacionales y populares, con informes altamente dudosos y contraponiéndose a la realidad de lo que necesita el pueblo argentino. Como todo venía bien, a pedir de sus planes, no decían nada. Pero como la Vicepresidenta metió “la mano en el hormiguero” es que salieron todos espantados a dar los peores pronósticos en contra de las medidas que “pueda tomar el Gobierno”. ¡Eeeh! Todavía nos las tomó, respiren changos.
