FLUJO FRONTERIZO: cerca de las Fiestas, el caudal de viandantes se ha incrementado notablemente en Aguas Blancas-Bermejo

A costa de su salud, cientos de bagayeros cruzan mercadería de un sector a otro en la frontera con Bolivia en la localidad de Aguas Blancas (Salta). (Foto: EL SOL ABC).

AGUAS BLANCAS, Salta (Especial para EL SOL ABC-Por Luis Mendoza). Por la cercanía de las fiestas de fin de año, el flujo de viandantes, turistas, comerciantes y trabajadores estibadores, conocidos como bagayeros, ha tomado impulso otra vez, ya que en los meses precedentes el negocio había sufrido un drástico descenso.

Muchos en las ciudades de Orán, Hipólito Yrigoyen, Pichanal y Embarcación pasan a integrar la lista de trabajadores bagayeros, que viven del traslado de mercancías, como gasesosas, vino, fideos, harina, azúcar, aceite, elementos de limpieza, etc. Mientras, que desde Bolivia trasladan sobre sus espaldas mojadas neumáticos, zapatillas, ventiladores, principalmente. Haciendo que el intercambio sea favorable a uno u otro país de manera equilibrada.

Los neumáticos son la mercancía preferida para el contrabando en Aguas Blancas. (Foto: EL SOL ABC).

 

Nadie pasa por Migraciones

Las costumbres y métodos de control por parte de los entes del Estado nacional en los pasos internacionales instalados en la vasta frontera con el vecino país han variado con los años y con los gobiernos de turno.

Por ejemplo, Gendarmería Nacional, por lo menos en Aguas Blancas, no exige a los que transitan por sectores hacia uno u otro lado de la frontera, pasar primero por las oficinas de Migraciones, Aduana-AFIP, para realizar su respectivo registro de salida/ingreso. Sólo lo hacen algunas personas, principalmente las que están en la zona por turismo, o en tránsito hacia otras ciudades del interior de Bolivia.

Al consultar a uno de los funcionarios de Aduana, éste se sinceró al decirnos: “Toda la gente debería venir por esta oficina para hacer su control de ingreso; como ello lleva su tiempo no vienen, además porque hay un tope para el ingreso sin pago de impuestos. Entonces, vía bagayeros, prefieren arriesgarse para no pagar impuestos. Pero luego cuando deben pasar los controles en Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, depende hacia dónde se dirijan, se dan con que la mercadería que transportan es ilegal, porque no cumplimentaron primeramente su ingreso/salida como personas físicas”, nos aclaró el funcionario nacional.

 

Un complejo negocio de intercambio

Hoy el furor desde nuestro país es la adquisición de neumáticos, ventiladores y zapatillas, cuyo costo hacia el interior del país en algunos casos se cuadruplica.

Se cree que, en los días buenos, con un tránsito abrumador de personas, se da un movimiento de aproximadamente unos 100 millones de pesos por jornada. De lunes a sábado y desde la 7 hora argentina hasta las 14 horas. Luego todo pierde ritmo y ambos lados sufren el retraimiento natural de los comerciantes.

Conversando con una de las pasantes, mujer joven de unos 34 años, proveniente de La Quiaca, nos llamó la atención su residencia en esta zona del norte de la provincia de Salta: “Me vine, porque acá hay más trabajo; los controles son más flexibles. Yo tengo dos nenas en edad escolar y necesito ganar más, porque quiero un mejor futuro para ellas. Mi marido se quedó en La Quiaca y nos vemos los fines de semana, cuando él viene o yo voy. Más o menos, hago con mi trabajo entre unos 70 a 80 mil pesos. Ahora con las fiestas espero trabajar mejor”, nos decía mientras esperaba con su carrito a los clientes para trasladarles los bultos, por los cuales cobra a cada uno unos 500 a 1.000 pesos, según sea la carga a trasladar.

De acuerdo a las autoridades nacionales, fue la pandemia del Covid-19 la que cambió las normativas y las costumbres. Nada más que la gente tiene una especial forma de adecuarse a cualquier situación: hoy es la principal fuente laboral de unas 20 mil personas, directa e indirectamente. Tras de ello hay miles de historias de cocineras callejeras, taxistas, choferes de ómnibus, remises, transportes en camionetas utilitarias y los ya famosos bagayeros, que se llevan entre “unos 10 a 15 mil pesos por día transportando entre 60 a 80 kg de mercadería ilegal”, pero arriesgando totalmente su salud.