CARLOS TERCERO, EL NEGOCIADOR: hay tibias esperanzas que con la muerte de reina Isabel, se acerquen las negociaciones por Malvinas; hay indicios independentistas de varios estados de la corona

Muchos creen por la situaciòn de crisis económica que vive la corona británica, Carlos III seguramente se animará a abrir las negociaciones con Argentina, no directamente pero influirá para que eso ocurra, creen muchos. (Foto: AFP).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). No proclamado oficialmente, Carlos III de Inglaterra estuvo en el último tiempo dedicándose a abrir negociaciones, con varios países de la Comunidad de Naciones de la Corona Británica, para darles mayor apertura democrática y hasta su independencia, con el compromiso de un trabajo mucho más fuerte y coordinado en el cuidado del medio ambiente en estos países.

Muchos dicen que este trabajo del actual rey Carlos III, que se vino dando en los últimos cinco años, pero sin preponderar sobre la agenda de la reina ahora fallecida.

En ese sentido apuntó un artículo publicado en diario La Nación, en junio pasado, por María del Pilar Castillo, donde “ya apuntaba a una posible sucesión y lo que iría a pasar si la monarca fallecía en todos los estados que reconocían a Isabel II como su jefa de Estado”. Esta situación que vienen evaluando varios políticos como la misma Cancillería, es la que genera alguna esperanza para que el gobierno político de Gran Bretaña, que siempre pide el visto bueno de la corona británica, podría acercar posiciones “para entablar negociaciones por las Islas Malvinas”.

De acuerdo a los entendidos, “este sería un paso fundamental para mejorar el statu quo de los habitantes de las islas argentinas, hoy ocupadas ilegalmente por fuerzas de la OTAN, con base militar incluida, que pone en riesgo el medio ambiente de la región del sur del continente, por el movimiento de armamento nuclear con alta contaminación ambiental de mares y tierras”, porque se sabe que además las fuerzas militares terrestres y marítimas de la OTAN realizan pruebas en suelo y mar alrededor del suelo argentino (Islas Malvinas).

También, según la columnista de La Nación, tras de Barbados –la primer nación en independizarse—  le seguirían otros estados caribeños como Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Granada, Jamaica y San Cristóbal y Nieves. Luego le seguirían Australia, pero Canadá y Nueva Zelanda tienen mayores problemas, porque los sondeos son contrarios a la independización.

 

Los porqués

Siempre todo tiene que ver con la economía real, que es la que pesa de manera fundamental a la hora de tomar decisiones. Grandes errores del establishment político británico han puesto a la corona británica con las barbas en remojo, aparte de los escándalos internos familiares, que demostraron que “la familia real ya no es garantía de honorabilidad, respeto y mancomunidad”, sino que son unos simples cortesanos, que comen, duermen y van al baño como cualquier mortal común y que viven bien a costillas de millones pobres hombres y mujeres que han sido imbuidos de falsa información y falsos paradigmas. Pero todo eso que vino barriéndose bajo las grandes alfombras palaciegas, de tanto acumularse, comenzó a salir a la luz: primero que el Banco de Londres comenzó a perder divisas, por errores muy grandes en su vida. Primero, haber ingresado a la Comunidad Económica Europea. Y segundo, el Brexit, el haber salido bruscamente. Y todo gracias, a un desquiciado mental como Boris Johnson, que además estuvo en la planificación de la creación de la guerra en Ucrania contra Rusia, que desnudó aún más la debilidad de la libra esterlina y del euro. Y de que también, tanto Gran Bretaña y Europa en general vivían bien de los bienes de los rusos y ucranianos  –energía y alimentos baratos–, que ahora de golpe eso acabó. Y el cambio de paradigma, les va a salir muy caro a los británicos y al resto de Europa también.

Es por ello, que Carlos Windsor debe tomar su mandato con la mirada puesta en resolver esos problemas, pero más que nada en mermar los cuantiosos gastos que conlleva mantener una base militar en Malvinas, donde además se comprobó que no tiene petróleo como muchos imaginaban, sólo una riqueza ictícola muy grande pero que no alcanza para sufragar los gastos. Es por ello, que muchos creemos que la corona se va a comenzar a ablandar para negociar una salida pacífica y meritoria, pero con ganancias, haciéndose pagar una indemnización pecuniaria que fortalezca sus arcas otra vez.