A PESAR DE GRAVES IRREGULARIDADES DE BOLSONARO: pueblo brasileño le dijo NO al odio y al permanente ataque a los Derechos Humanos y la desindustrialización de Brasil

Este es el peligroso Bolsonaro, amante de las armas, tras un viaje a Israel. Ayer Brasil le dijo "basta". (Foto: Pintirest).

SAO PAULO, Brasil (Especial para EL SOL ABC-Por Pedro Gomes Freitas). Con todos los gobiernos de derecha que ya hubo en Latinoamérica, quedó muy marcado el plan de EE.UU., Reino Unido e Israel, naciones donde está afincado el sionismo internacional, que vive del trabajo de los demás pueblos del mundo, de destruir las economías de aquellos países de los que se sirve directa o indirectamente.

Esto lo ha vivido Brasil, donde se ha propagado el estigma sobre la industria nacional y se le ha dado prioridad a la venta de comodities de los estados del sur, donde preferentemente apoyaron a Jair Bolsonaro, que fue un ‘milico’ –sin mayor formación— que se dedicó a “los negocios familiares” vía sus cuatro hijos: más de tres mil millones de dólares de negociados con las vacunas del Covid 19, venta de tierras en la Amazonía por más de 2 mil millones de dólares, contrabando de armas a los cárteles colombianos, paraguayos, mexicanos y africanos que viven del narcotráfico y manejo del peaje a cárteles brasileños con utilización de puertos brasileños para la exportación hacia puertos de Sudáfrica y Medio Oriente y Oriente. Bueno, de todo eso se cansó el pueblo, que le dio un rotundo NO, a pesar de las graves irregularidades cometidas en todos los estados donde Lula había ganado en la primera vuelta: por eso ese peligroso acercamiento en los votos a Luiz Inácio Lula da Silva. No podría haber sacado más de 45 % de los votos.

Desde todas partes llovieron las denuncias de los votantes, y donde más se sintió fue en estados del Nordeste de Brasil como asimismo en el Estado de Sao Paulo, donde largas caravanas de ómnibus eran “retardados en su tránsito por parte de la Policía Caminera, para que no pudiese llegar a hora a votar. También ingresaron a las favelas, para amedrentar y decir que, si perdía Bolsonaro, que hasta la luz se les iba a cortar. Y los dueños de las fábricas, con la promesa de despido general de empleados si perdía Bolsonaro”. Estas son algunas de las perlitas que mostró el bolsonarismo en su despedida del poder luego de cuatro maléficos años en contra del pueblo brasileño. Por eso se cree que unos 3 millones de brasileños no pudieron emitir su voto y se piensa investigar este peligroso antecedente para la democracia.

Por eso anoche millones de brasileños se volcaron a las calles, agradeciendo a Dios, por haberse sacado este lastre de la ultraderecha conservadora corrupta que sumió a Brasil en su noche más oscura, cuando “hablaba de gripizhinha en plena pandemia y los muertos no había dónde enterrarlos, cuando liberó toda la economía, mientras sus hijos compraban las vacunas a 6 dólares y las facturaban a 21 dólares”. De todo esto se acordó el pueblo ayer.

Al grito de “fuera Bolsonaro” anoche la gente festejó el triunfo de Lula. (Foto: Uol).

 

En el mismo sentido

El colega Lucio Lambranho, de la cadena UOL, también describió lo peligroso que puede ser para Lula este personaje siniestro, rescatado desde las catacumbas del mal por el sionismo internacional, que fue el que lo puso en el gobierno: “El presidente Jair Bolsonaro (PL) deja un legado negativo en diferentes áreas, según expertos escuchados por UOL Noticias. Un país más armado, con deforestación récord, recortes récord en recursos educativos y liberación de pesticidas peligrosos son un retrato del gobierno actual”.

A lo que luego agregó: “Anthony Pereira, profesor del King’s College de Londres, estima que se necesitará todo un período para revertir el legado de Bolsonaro. Pero en algunas áreas, puede tomar una década. El investigador entiende que las perspectivas para el próximo presidente son “aterradoras” ya que, hasta la toma de posesión, Bolsonaro puede involucrarse en una política de “tierra arrasada”. Podría destruir o sustraer documentos, menoscabar la capacidad administrativa del Gobierno federal, entre otras cosas. La visión de Bolsonaro de la política es que es una guerra entre amigos y enemigos, y en su opinión él es la encarnación del bien y sus enemigos la encarnación del mal, ninguno de los cuales constituye una buena receta para la política democrática”.