ERROR PRESIDENCIAL: ahora todos son indios, cuando desde sus tribunas y puestos olvidaron por cuatro años a las etnias indígenas de la Argentina

El presidente Alberto Fernández completó su disculpa diciendo: "Se afirmó más de una vez que 'los argentinos descendemos de los barcos'". En la primera mitad del siglo XX recibimos a más de 5 millones de inmigrantes que convivieron con nuestros pueblos originarios. Es un orgullo nuestra diversidad". (Foto: Redes).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Ahora apareció el “indio” Díaz como por arte de magia. Muy parecido a Castells, qué casualidad, siempre aparecen cuando Macri los necesita. Lo mismo que Del Caño, del Partido Obrero-FIT. Todos más truchos que billete de tres pesos.

Y resulta que los que apalearon, vejaron, insultaron, degradaron y asesinaron en el Puff Cushamen de la ruta nacional 40 de la provincia de Chubut a los mapuches y luego desaparecieron el cuerpo de Santiago Maldonado por más de 45 días y balearon por la espalda a Rafael Nahuel, en 2017, son hoy los que salen, descaradamente, a criticar la frase dicha por el presidente Alberto Fernández, que es una réplica de unos versos del cantautor Lito Nebbia, quien una parte de una canción muy conocida dentro del rock nacional, dice: “Los mexicanos provienen de los indios, los brasileños de la selva y los argentinos vienen de los barcos…”. Por supuesto, que es una frase muy provocativa y carente de sentido de la realidad, que en la boca de un poeta y músico como Nebbia pasó casi desapercibida, pero en boca del Presidente tomó instancias internacionales, porque los medios afines a los “conquistadores asesinos de indios desde la conquista de Cristóbal Colón”, hoy se rasgan las vestiduras cínicamente, porque no saben por dónde pegarle al presidente argentino, que a pesar de todos los inconvenientes causados por una pandemia mundial  —en la Argentina, la derecha neoliberal está a un paso de derrapar definitivamente diciendo que el Gobierno “provocó la pandemia”, casi falta un milímetro—  está en un proceso positivo de sacar adelante al país, luego de la masacre y más grande saqueo que se conozca por parte del Frente Juntos por el Cambio. Tanto fue el fracaso, que ahora hasta piensan cambiarse de nombre: ahora se llamarán “Frente Juntos por la Pfizer”, multinacional que es una de las principales aportantes de la campaña de los globoludos.

Nunca nadie agredió realmente a las diversas etnias aborígenes del país como Macri, cuando cercenó derechos y quitó subsidios que había entregado el Gobierno de Cristina Kirchner. Acá el formoseño Díaz, que se pone la pluma y vincha cuando le conviene. (Foto: Wiki).

 

Hay que tener memoria

Todos los pueblos europeos no son puros. Nacen de la mezcolanza de arios y pueblos aborígenes eslavos, como de la permanente inmigración de pueblos de las Indias asiáticas, de los hunos, mogoles y eslavos árticos. Un ejemplo muy claro, el casamiento del príncipe Henry y la actriz Meghan Markle.

Se sabe que nadie es puro en la Argentina ni el mundo. Distintos estudios como investigaciones de grandes antropólogos dan como resultado en millones de estudios de ADN en todo el mundo, que no hay nadie puro. Ni los reyes de Inglaterra, de Dinamarca, o de Suecia, etc., que son los que tratan de guardar cierta sincronización de identidad de génesis, pero que no les aconsejan porque la mutación genética se deforma y allí cunden las enfermedades, las taras sobre los embriones. Tienen como antecedente real los miles de casos hacia dentro de los palacios, que enfermedades de neurastenia, sicosis, autismo, depresión, etc, provenían del poco cambio de genes.

Entonces, desde ese punto de vista, el presidente cometió un error imperdonable, en una persona que se precia de intelectual y que está medianamente informado. Pero pidió disculpas y no es tan grave, como lo quieren hacer ver los medios hegemónicos y parte del establishment de las corporaciones.

Para finalizar, un claro ejemplo de la interculturización como interrelación genética de los pueblos del mundo son los casamientos de la Máxima Zorreguieta con el rey del Holanda, donde quién en su sano juicio puede asegurar, con ADN en mano, que la argentina no tiene entre sus antepasados algún huarpe, algún tehuelche, algún pampa, algún comechingón. Nadie lo puede asegurar. Lo mismo sucede con el príncipe Henry, hijo de Lady Di, que se casó con la actriz norteamericana Meghan Markle, de claro origen afronorteamericano. Y así el mundo se interrelaciona mágicamente, donde los únicos que pueden hablar de “pureza de sangre” son los indios de las selvas amazónicas, de las montañas latinoamericanas de los Andes y las de tribus africanas en el centro del continente negro o la de los pueblos aborígenes de Oceanía.