CANELEADO: Álvarez se despierta, dentro de mediocre mundo del boxeo actual, con derrota ante el ruso Dmitry Bivol

Ya Canelo debe pensar en el retiro. Lo de anoche fue un brusco despertar en Las Vegas. (Foto: John Lechor- AFP).

LAS VEGAS, EE.UU. (Especial-Yahoo Deportes-Por Omar Peralta). Canelo Álvarez encontró el límite de un ascenso celestial que parecía eterno. Dmitry Bivol descifró todos los recursos del multicampeón mexicano. La noche más triste para Canelo se consumó después de 12 rounds dominados por Bivol que se han traducido en una decisión unánime con tres tarjetas generosas de 115-113.

Hasta el último momento, el fantasma de los jueces rondó en el MGM Grand de Las Vegas, pero finalmente la evidencia se impuso para validar el amargo trago que Canelo tendrá que soportar en su historial para siempre.

A diferencia de otros rivales que se achicaron con el entorno, Bivol demostró sangre fría desde el primer momento. Su boxeo fue elegante y atlético. Canelo pasó por alto la diferencia de tamaños y buscó los golpes de poder que derribaron a todos los gigantes de las 168 libras. Pero Bivol y su mandíbula hoy contaron una historia diferente. El mexicano utilizó su mejor repertorio, con el uppercout (golpe ascendente) de derecha como brújula, pero no pudo perturbar a un rival robótico, incapaz de dibujar gestos en su rostro, y que tenía una respuesta para cada acertijo.

 

No brindó flancos el ruso

El monarca indiscutido de los supermedianos no encontró las zonas blandas de Bivol, que mantuvo sus piernas frescas durante los doce rounds. Cada intento fúrico de Álvarez fue replicado con una lluvia de golpes rectos por parte de Dmitry Bivol. Al ruso le sobró la constancia que le ha faltado a otros rivales que pusieron en aprietos a Saúl Álvarez, como Gennady Golovkin, Erislandy Lara y Miguel Ángel Cotto.

Cada golpe de Bivol era dramático. El peso semipesado entrañaba riesgos inherentes para Canelo y anoche sintió la pegada de su rival, que lo puso a tambalear y convirtió el nocaut en una posibilidad real. Eso no le pasaba a Álvarez desde hace doce años, cuando, en el mismo recinto y con 20 años, hizo su debut en Las Vegas y estuvo al borde del abismo contra José Miguel Cotto.

La decisión unánime hizo justicia al boxeo preciso y límpido de Bivol, que llegó como un sólido campeón y ahora, con esta victoria contundente, oposita a la mesa de los mejores, libra por libra, de la actualidad. Ambos peleadores dejaron abierta la puerta a una revancha, que seguramente será un manjar en términos de promoción y ventas, algo de lo que careció esta primera reyerta durante los meses precedentes. Gennady Golovkin y la trilogía pueden esperar o despedirse de una vez para siempre. Queda claro que la mentalidad de Álvarez lo llevará a buscar el desquite con Bivol.