BERMEJO, Bolivia (Especial para EL SOL ABC-Por Eva S.). Con un río Bermejo casi seco, porque la cuenca del río Grande de Tarija sufre una de sus peores sequías, y sin la apertura total de la frontera, desde el lado argentino, esta ciudad fronteriza ha perdido el gran flujo comercial de otrora, pero sin embargo los bagayeros siguen haciendo “su trabajo” de ingresar grandes bolsones y paquetes de mercaderías (zapatos, zapatillas, jeans y remeras, como ropa interior, etc.) hacia la Argentina, por diferentes pasos clandestinos.
Sentarse a tomar un desayuno para dos personas en cualquier local de comidas o restoranes en las grandes galerías de Bermejo, le cuesta al ciudadano argentino $ 1.000 (equivalente entre 35 a 38 bolivianos, según el cambio del día). Uno de las cotizaciones más bajas en décadas del peso argentino.
A pesar de ello, el flujo comercial se sigue dando en gran escala, donde por supuesto predomina el compre-todo boliviano por tener el cambio favorable. Donde los productos alimenticios como la harina, aceite, jabones, champúes, fiambres como la mortadela, queso tybo y salame, hasta bolsas de azúcar, son parte de los grandes “quepis” (bultos) de los pasadores hasta Bolivia, que lo hacen por plena playa del río, que está casi seco.
Todo ello ha repercutido sobremanera sobre el río Paraná, que recibe aguas de las cuencas bolivianas del Bermejo y del Pilcomayo, a las que hay sumar las cuencas de las provincias de Salta y Jujuy, que también bordean la desolación por la gran sequía que se manifiesta en la región.
¿Si el dinero argentino no tiene valor, porqué se sigue trayendo mercadería?
Esas son las preguntas que se hacen los analistas e investigadores policiales. Porque se han detectado, ahora más que tanto como Gendarmería y la Policía salteña casi han retirado sus efectivos del control fronterizo, o es muy poco lo que se controla, existen más de 20 pasos, que los bagayeros saben y es, por dónde, llevan la “mercadería” hasta un punto donde los remises hacen el resto. Siempre lejos de las garitas de control de Gendarmería.
Un bagayero retirado, por su avanzada edad, nos dijo: “Lo que pasa es que del lado argentino vienen comprar zapatillas o ropa, pero vienen con dólares y entonces, el impacto no se siente. Pero voy a decir la verdad, cada 2 paquetes que traspasa la frontera, en el medio éste tiene sus buenos kilos de droga. De esto los gendarmes lo saben. Por eso cobran, de acuerdo al color del paquete, y revisan sólo el que no lleva la droga. Imaginen, pasan más de dos mil personas por día. A pesos 10 mil por bulto, se hace una cifra millonaria que se reparten los gendarmes, que son los que hacen control de ruta. Los de la Policía Federal Argentina sólo actúan en la ciudad o cuando tienen información efectiva salen a la caza con algún puesto móvil”.
Otro dato que no es fácil comprobar, es que todas las galerías de negocios de “pulgas”, en el NOA, tanto en Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca están manejadas en un 70 % por el narcotráfico, que es la forma “natural” de “blanquear” dinero. Todos ellos están inscriptos como monotributistas. La mayoría tiene hasta 20 locales, desparramados en distintas provincias. Hay veces que llegan a aglutinar mucho dinero en pesos, que no saben cómo hacer para convertirlos en dólares. Es por ello que se captura tanto dinero en la ruta. Y como son “monotributistas” no pueden respaldar o informar que tienen CUIT, porque de esa manera también se ponen al alcance de la AFIP.
