BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Hoy se los ve casi en manada ponerse en contra de Rusia, porque Vladimir Putin “no sólo ha salvado a gran parte del pueblo de una muerte segura con el Covid-19, al haber abierto el crédito y la provisión de vacunas Sputnik V para contrarrestar la pandemia”, sino que “además se comprometió para junto a China proveerle de tecnología para renovar y reconstruir todo el sistema ferroviario de la Argentina”, sino que mantiene una especial admiración y amistad con la actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
Es tan alto el grado de hipocresía reinante en el país, que los que dicen defender a Ucrania no saben o no lo quieren saber, que la CIA viene preparando desde hace años a jóvenes brigadistas ucranianos que “con esvásticas recorren o recorrían por varias provincias ucranianas tratando de echar por la fuerza a campesinos y trabajadores rusos”. Hay fuertes denuncias que “este conflicto hacia el interior de Ucrania viene sucediendo desde hace más de 10 años y que ha recrudecido con la llegada del presidente pro-occidentalista Vlodímir Zelenski, quien ha dado cobertura o en cierta manera ha dejado el camino libre para la actuación de estos militantes ucranianos nazis”.
Pero a ninguno se ve criticando o haciendo campaña contra la OTAN, que es el brazo armado del sionismo internacional, que maneja y ordena la Corona británica, para mantener la usurpación de territorio nacional de las Islas Malvinas.
O no hay una crítica concreta contra Israel, que todos los días del año somete al Pueblo Palestino a una de las más aberrantes e inhumanas transgresiones de los Derechos Humanos, cuando entra sin ningún permiso a violentar mujeres, niños, jóvenes a los territorios palestinos, con vanas excusas y sólo un artero como violento proceder contra los derechos consagrados por la ONU para proteger las poblaciones civiles del mundo.
De esta manera no justificamos el proceder de Rusia, pero no debemos ser tontos de dejarnos llevar por la amplificada propaganda de la OTAN y el establishment sionista que quieren someter a Rusia a sus designios comerciales y políticos, pero el imperio ruso no es “un imberbe que se lo puede llevar a cualquier lado de un orejazo”.
