NUEVO ORDEN: cómo ve Rusia su papel en la construcción del ‎mundo multipolar

El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en la videoconferencia del 31 de marzo reciente. (Foto: Red Voltaire).

Rusia acaba hacer público su «Concepto de política exterior». Luego de recordar ‎la posición de Rusia en el mundo, ese documento describe el fin de la dominación ‎occidental y los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados por mantener la hegemonía ‎de Washington. También enumera los intereses y objetivos de Moscú, subraya el ‎predominio del Derecho Internacional contemporáneo (concebido por el zar Nicolás II) ‎y concluye presentando un panorama del mundo en pleno cambio. ‎

PARÍS, Francia (Especial-Red Voltaire-Por Thierry Meyssan*). El presidente Vladimir Putin se reunió el 31 de marzo, por videoconferencia, con el Consejo de ‎Seguridad de Rusia. Después de esa reunión, el presidente promulgó una actualización del «Concepto de Política Exterior de la Federación Rusa», documento donde se expone la visión de ‎Moscú sobre el papel de su país en la construcción del mundo multipolar. ‎

En primer lugar, el documento recuerda la importancia de los recursos de la Federación Rusa en ‎todas las esferas de la vida, su condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ‎ONU, su participación en las principales organizaciones y asociaciones internacionales, su estatus ‎de potencia nuclear y condición de Estado sucesor, en derecho, de la URSS. Teniendo en cuenta ‎principalmente su aporte decisivo en la Segunda Guerra Mundial y su activa participación en ‎liquidación del colonialismo a nivel mundial, Rusia se ve a sí misma como uno de los centros ‎soberanos del desarrollo mundial y considera que su misión histórica es mantener el equilibrio ‎mundial entre las potencias y garantizar la construcción de un sistema internacional multipolar. ‎

LA EVOLUCIÓN DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

Rusia observa que ha quedado atrás el modelo desigual de desarrollo mundial que garantizó ‎durante siglos el crecimiento económico acelerado de las potencias coloniales gracias a la ‎apropiación de los recursos de sus colonias.

Pero los anglosajones se esfuerzan por detener «el curso natural de la historia». Para ello ‎despliegan toda una serie de instrumentos ilegales, incluyendo la aplicación de «medidas ‎coercitivas unilaterales», las mal llamadas “sanciones”, la incitación a golpes de Estado, a ‎conflictos armados, el uso de la amenaza y el chantaje, etc. ‎

El documento ruso no contiene la expresión “anglosajones”, una forma de abreviar que yo utilizo ‎dado el contenido de las declaraciones de varios ministros. Moscú estima que el enemigo es, ‎sobre todo, Estados Unidos pero que ese país ha creado una coalición de Estados hostiles, ‎coalición en cuyo seno el Reino Unido desempeña un papel central.

Siendo Rusia el país más extenso del mundo, la defensa de sus fronteras resulta extremadamente ‎difícil. Rusia puede ser fácil de invadir. A lo largo de su historia, los rusos han aprendido utilizar ‎a su favor la inmensidad de su territorio y su clima. Los rusos supieron enfrentar los ejércitos de ‎Napoleón y de Hitler, pero comenzaron por incendiar su propio territorio para hambrearlos. ‎Al alejarse de sus propias bases logísticas, aquellos ejércitos acabaron por verse obligados a ‎luchar mientras se retiraban y el “general Invierno” les dio el golpe de gracia. Ello implica que, ‎a diferencia de otros países, la seguridad de Rusia exige que ningún ejército hostil pueda ‎establecer bases cerca de sus fronteras. ‎

Interpretando el fortalecimiento de Rusia como una amenaza para la hegemonía occidental, ‎Estados Unidos y sus satélites usan las medidas que Moscú adoptó en Ucrania para proteger sus ‎intereses vitales de Rusia como pretexto para acentuar su política antirrusa –política por demás ‎anterior a la intervención rusa en Ucrania– e iniciar contra la Federación Rusa una guerra híbrida ‎de nuevo tipo. Cuando hablamos aquí de los intereses vitales de Rusia, el lector debe entender ‎que la subordinación de las Fuerzas Armadas de Ucrania al Pentágono estadounidense –desde la ‎llamada “revolución” de la Plaza Maidan, en 2014– constituye una amenaza para la nación rusa. ‎

INTERESES Y OBJETIVOS DE RUSIA

‎Los intereses nacionales de Rusia son, cito:‎

1) la protección del orden constitucional, de la soberanía, de la independencia, de la integridad ‎territorial y de la integridad de la Federación Rusa como Estado contra toda influencia extranjera ‎con carácter destructivo;
2) la preservación de la estabilidad estratégica, así como el fortalecimiento de la paz y de la ‎seguridad internacionales;
3) el fortalecimiento del marco legislativo que debe regir las relaciones internacionales;
4) la protección de los derechos, de las libertades y de los intereses legítimos de los ciudadanos ‎rusos y la protección de las organizaciones rusas frente a injerencias y ataques exteriores ilícitos;
5) el desarrollo de un espacio informático seguro, la protección de la sociedad rusa frente a la ‎influencia mediática y psicológica exterior, cuando se trata de influencias destructivas;‎
6) la protección del pueblo ruso, el desarrollo del potencial humano, el mejoramiento de la calidad ‎de vida y del bienestar de la ciudadanía rusa;
7) la contribución al desarrollo duradero de la economía rusa sobre una nueva base tecnológica;‎
8) el fortalecimiento de los valores espirituales y morales tradicionales de los pueblos rusos, la ‎preservación del legado cultural e histórico de la población plurinacional de la Federación Rusa;‎
9) la protección del medioambiente, la preservación de los recursos naturales y el manejo correcto ‎del medioambiente, la adaptación a los cambios climáticos. ‎

Los objetivos de la política exterior de Rusia son:‎

1) el establecimiento de un orden mundial equitativo y duradero;
2) el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales, de la estabilidad estratégica, ‎así como garantizar la coexistencia pacífica y el desarrollo progresivo de los Estados y ‎los pueblos;
3) la ayuda a la elaboración de las respuestas complejas eficaces de la comunidad internacional a ‎los desafíos y amenazas comunes, incluyendo los conflictos y las crisis regionales;
4) el desarrollo de la cooperación mutuamente ventajosa e igual en derechos con todos ‎los Estados que mantengan una actitud constructiva y con sus alianzas, la garantía de que los ‎intereses rusos sean tomados en cuenta en el seno de las instituciones y mecanismos de la ‎diplomacia multilateral;
5) la oposición a la actividad antirrusa de ciertos Estados y de sus alianzas, la creación de las ‎condiciones que permitan el cese de esa actividad;
6) el establecimiento de relaciones de buena vecindad con los Estados limítrofes, la ayuda a la ‎prevención y a la eliminación de focos de tensión y de conflictos en los territorios de esos Estados;
7) la asistencia a los aliados y socios de Rusia en la promoción de los intereses comunes, la ‎garantía de su seguridad y de su desarrollo duradero independientemente del reconocimiento ‎internacional de esos aliados y socios y de sus estatus de miembros de las organizaciones ‎internacionales;
8) la liberación y el fortalecimiento del potencial de las asociaciones regionales multilaterales y de ‎las estructuras de integración con la participación de Rusia;
9) el fortalecimiento de las posiciones de Rusia en la economía mundial, la realización de los ‎objetivos nacionales de desarrollo de la Federación Rusa, la garantía de la seguridad económica, la ‎realización del potencial económico del Estado;
10) la promoción de los intereses de Rusia en el océano mundial, en el espacio extra atmosférico y ‎en el espacio aéreo;
11) la formación de la imagen objetiva de Rusia en el exterior, el fortalecimiento de sus posiciones ‎en el espacio informático global;‎
12) el fortalecimiento de la importancia de Rusia en el espacio humanitario global, el ‎fortalecimiento de las posiciones de la lengua rusa en el mundo, la ayuda a la preservación de la ‎verdad histórica y de la memoria sobre el papel de Rusia en la historia mundial fuera del país;
13) la defensa exhaustiva y eficaz de los derechos, libertades e intereses legales de los ciudadanos ‎‎[rusos] y de las organizaciones rusas en el exterior (Rusia siempre se ha considerado como la ‎protectora de las minorías de cultura rusa en el exterior);
14) el desarrollo de las relaciones con los compatriotas residentes en el exterior y la asistencia ‎exhaustiva a estos últimos para la realización de sus derechos, la protección de sus intereses y la ‎preservación de la identidad cultural general rusa.

PREDOMINIO DEL DERECHO

‎El Derecho Internacional contemporáneo se creó –en 1899– durante la 1ª Conferencia de ‎La Haya, convocada por el último zar, Nicolás II. Veintisiete Estados participaron en esa ‎conferencia, que se dedicó a la «búsqueda de los medios más eficaces para garantizar a todos ‎los pueblos las bondades de una paz real y duradera». Aquella conferencia duró 27 días. ‎

Los participantes abordaron tres temas. Pero sólo fueron exitosos los debates sobre los dos ‎últimos:‎
a) la limitación del armamento, de los efectivos y de los presupuestos militares;
la implementación de convenciones tendientes a reducir –en tiempo de guerra– el uso de las ‎armas más mortíferas y los sufrimientos inútiles (la conferencia adoptó la Cláusula Martens, ‎donde se estipula que el hecho que algo no esté expresamente prohibido en un tratado ‎no quiere decir que está autorizado. Con la Cláusula Martens comienzan a construirse las bases ‎del derecho humanitario y también se justificará posteriormente la creación del Tribunal de ‎Nuremberg);‎
b) el reconocimiento del principio de arbitraje, en los casos que se prestan a ello –a propuesta de ‎Francia– (esta conferencia crea la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya). ‎

Esta 1ª Conferencia de La Haya planteó dos principios innovadores:‎
a) la igualdad jurídica entre todos los Estados;
b) la búsqueda del compromiso y de un voto unánime como fuente de legitimidad.

El método que prevaleció en aquella conferencia, que Rusia siempre ha respetado, reside en su ‎manera de pensar –y en la de los radicales de León Bourgeois, futuro premio Nobel de la Paz, ‎quien participaba en la conferencia como miembro de la delegación francesa. Moscú estima que ‎aquella conferencia encuentra su expresión actual en la Carta de las Naciones Unidas (adoptada ‎en 1945) y en la Declaración sobre los principios del Derecho Internacional referentes a las ‎relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las ‎Naciones Unidas (adoptada en 1970). ‎

En este momento, Occidente se opone de hecho al Derecho Internacional, definido ‎colectivamente en el seno de la ONU, y trata sustituirlo por un conjunto de «reglas», definidas ‎por las potencias occidentales sin participación de los demás Estados. Sólo la suma de los ‎esfuerzos de buena fe en el seno de la comunidad internacional, basada en el equilibrio entre ‎potencias e intereses, puede garantizar eficazmente el desarrollo pacífico y progresivo de todos ‎los Estados, sean grandes o pequeños. ‎

En el documento dado a conocer el 31 de marzo, Rusia recuerda que su operación militar especial ‎en Ucrania es el tipo de acción militar que se autoriza en el artículo 51 de la Carta de las ‎Naciones Unidas, dado el hecho que, su operación militar, Rusia impidió el ataque ya ‎planificado del gobierno de Kiev contra la población del Donbass –Moscú ha publicado incluso uno ‎de los textos de aquel plan de Kiev con anotaciones manuscritas de los jefes del estado mayor ‎ucraniano–. Eso explica el porqué del reconocimiento de las Repúblicas del Donbass por parte de ‎Moscú era una condición necesaria para invocar el artículo 51 de la Carta de la ONU.

Teniendo en cuenta que los Estados más fuertes siempre tendrán la posibilidad de agredir a los ‎débiles, violando los acuerdos que antes firmaron, Rusia apunta al establecimiento de relaciones ‎contractuales internacionales que tendrán que ir siempre acompañadas de garantías tendientes a ‎disuadir a los Estados que podrían utilizar la fuerza para violar los acuerdos. Y tales garantías sólo ‎pueden ser convincentes, absolutamente para todos, si Rusia dispone –como los demás– de libre ‎acceso a los espacios mundiales, incluyendo el espacio exterior, y si se establecen mecanismos ‎para prevenir la carrera armamentista. ‎

DESCRIPCIÓN DEL MUNDO MULTIPOLAR

Moscú aborda el mundo multipolar con una visión cultural del mundo. Rusia desea relacionarse ‎con todas las culturas y estimularlas todas a dotarse de organizaciones intergubernamentales. ‎

El documento ruso señala que, si Rusia solicita a los Estados próximos que no alberguen tropas ‎ni bases militares de los Estados hostiles, es porque está dispuesta a ayudarlos a mantenerse ‎estables, incluso ayudándolos a enfrentar las maniobras desestabilizadoras que los Estados ‎hostiles pudieron orquestar en sus territorios. Moscú no tiene intenciones de cruzarse de brazos y contemplar cómo otros países siguen el mismo camino que Ucrania, donde las autoridades ‎electas fueron derrocadas mediante la manipulación de grupúsculos neonazis alimentados por ‎Occidente. ‎

El documento ruso concede además gran importancia al fortalecimiento de la cooperación ‎con China y a la coordinación de su acción internacional con el gigante asiático. El objetivo es, ‎en definitiva, hacer posible el nacimiento de un mundo multipolar, en un parto asistido por dos ‎comadronas que son Moscú y Pekín. En el plano militar, Moscú también menciona su asociación ‎estratégica con la India. ‎

El documento menciona igualmente el panorama del mundo islámico, que está saliendo de la ‎dominación occidental gracias a la victoria de Siria y con el acuerdo de paz entre Irán y Arabia ‎Saudita. ‎

En cuanto a Europa occidental, Moscú espera que sus gobiernos se den cuenta de sus errores y ‎se alejen de los anglosajones. Mientras tanto, Rusia desconfía no sólo de la OTAN sino ‎también de la Unión Europea y del Consejo de Europa [1]. ‎

Rusia no se posiciona como enemiga de Occidente, no busca aislarse de las potencias occidentales ‎ni alberga intenciones hostiles contra ellas, y espera que en el futuro los países que componen la ‎comunidad occidental tomen conciencia de que su política conflictual es inútil y acaben abrazando ‎los principios de la igualdad soberana y del respeto de los intereses de todos. En ese contexto, la ‎Federación Rusa proclama que está lista para el diálogo y la cooperación. ‎

La política de Rusia hacia Estados Unidos tiene un carácter dual. Eso se debe, por un lado, ‎al papel de ese país como uno de los centros soberanos influyentes del desarrollo mundial, factor ‎que sin embargo no permite ignorar el papel de Washington como inspirador, organizador y ‎ejecutor esencial de la política agresiva antirrusa de las potencias occidentales, política que es ‎fuente de graves peligros para la seguridad de la Federación Rusa, pero también para la paz ‎internacional y para el desarrollo equilibrado, justo y progresivo de la Humanidad.

 

(*) catedrático, conferencista, investigador de la 
realidad mundial, periodista y autor de numerosos libros 
referidos a la estrategia mundial de las potencias, 
tanto en el plano comercial como en el industrial, 
como en el armamentístico.