WASHINGTON, EE.UU. (Especial para EL SOL ABC-Por Vane Valciotta). No es que Donald Trump sea un loquito de aquellos, o un ‘outsider’ de la política. Si lo que hizo es un golpe a la conciencia democrática de EE.UU., país que por siglos se manifestó como el líder de los países democráticos del mundo, y con esa “verdad a medias” infundió miedo y presión, para sacarle rédito político y económico, es también que lo hizo por sectores que lo apoyan. Y ellos pertenecen a la “gran burguesía” nacional que no quiere “más la infiltración de los judíos norteamericanos, de los judíos directamente, ni de las sectas secretas que responden a grupos económicos que están dirigidos desde Europa”.
Ayer varios analistas hablaron de un “tercer movimiento”, que muchos dicen que podría ser el nacimiento de un nuevo partido que estaría liderado por Donald Trump, quien por las declaraciones del vicepresidente Mike Pence y de otros líderes republicanos, poco lugar le quedaría dentro de las filas del Partido Republicano. Es más, desde estos mismos sectores pedirían hacerle una denuncia penal, por las cinco muertes ocurridas ayer en el asalto al Capitolio. Todas nacidas por la convocatoria irracional hecha a sus partidarios por Trump el día miércoles.
Según voceros del entorno de Trump, se deslizó que una vez fuera del mando, éste se dedicaría, luego de un descanso, dedicarse a viajar por todo el país, para “formar un partido netamente nacionalista, que defienda los derechos de los verdaderos norteamericanos, de los ‘puros’, de los que hicieron grande a este país. Los infiltrados le hacen mucho daño y se sirven del país para llevarse las riquezas que producen a costillas de los demás norteamericanos, que son los que ponen el cuerpo y el alma, en defensa de intereses de extraños”.
Los seguidores de Trump, parte del pueblo común que lo votó, expresó que apoyan a Trump porque “nos dio la posibilidad de conocer a una persona que defendió los derechos de los norteamericanos, poniendo las cosas en su lugar. Haciendo que la identidad nacional vuelva a pertenecernos. Hay mucha hipocresía política y muchos infiltrados en la política norteamericana”.
