ESTO VA IN CRESCENDO: en Chaco la pobreza y la recesión están haciendo estragos en barrios pobres de las principales ciudades y el gobernador Zdero no tiene poder de reacción

De acuerdo a sondeos de consultoras provinciales, la desocupación en Chaco ya ronda por arriba del 15 % y la recesión se hace sentir porque todas las obras que dejó el ex gobernador Capitanich están paradas o su ejecución está en dudas. Por ello los comedores en los barrios proliferan, con la ayuda solidaria de la propia comunidad, como este en Resistencia (Chaco). (Foto: Reporte24).

RESISTENCIA, Chaco (Especial para EL SOL ABC-Por Corresponsalía RSP). Es como si las 7 plagas de Egipto hubiesen caído de golpe sobre la provincia de Chaco: hay fuerte desocupación, cierre de pymes, los sueldos de los empleados del Estado provincial están congelados o cuasi, que los aumentos son menores a la inflación reinante, que es muy superior a la dada por el INDEC de Lavagna, agente al servicio de las corporaciones manejadas desde la AmCham (Cámara de Comercio de EE.UU. en la Argentina). Mientras, el gobernador Leandro Zdero no tiene la agilidad ni la ejecutividad políticas del anterior gobernador Jorge Capitanich.

No sólo lo decimos nosotros, sino que Ximena Juárez de RDN y Reporte24, también se suma a realizar una descripción de lo que está pasando hoy en la provincia de Chaco. Así entrevista para Reporte24 a Cristina Rodríguez, una de las personas que más saben sobre comedores y merenderos sociales en la provincia de Chaco, al decir: “Entre la falta de dinamismo del gobernador, la falta de equipo y la carencia de políticas de Estado se profundiza la pobreza y la indigencia. Un problema que escala diariamente, sin pausas; no alcanza con fotos grupales al pie de las obras gestionadas y en ejecución por la gestión de Capitanich. El Chaco necesita que el gobernador y ‘su equipo’ ejecuten un plan de gobierno integral que pueda enfrentar la tragedia que padece la comunidad chaqueña, sobre todo en la periferia donde se encuentran los bolsones de pobreza, el rancherío de cortes palmas, chapas de cartón y puertas tapadas con plásticos viejos, donde la realidad golpea de manera contundente. Allí donde las mujeres juntan alimentos para llenar la olla y brindarles un cocido con leche a los chicos descalzos, con piojos y mocos que integran familias sin acceso a la salud, porque en Chaco no hay un plan de Salud Pública. Donde se muere la gente en las salas de urgencia de hospitales y centros de salud porque no hay médicos, el desinterés por lo comunitario es indignante y se torna peligroso por la malnutrición con la que van a crecer esos chicos, en el tiempo y por acumulación se tornara irreversible produciendo un quiebre generacional que compromete el futuro. Nosotros nos encontramos en plena tarea de contención en barrios muy vulnerables, juntos a equipos que se formaron en el territorio sobreviviendo a estas políticas de hambre y ajuste, resistiendo con la comunidad, con donaciones de ONG, de comerciantes de la zona y de fundaciones como la nuestra que acercan lo que consiguen para que no se apague la llama de esa olla que provee de un guiso a cientos de personas que tocaron fondo. Es la razón que nos mueve todos los días, con nuestros propios recursos, nuestro combustible y lo que conseguimos, todo es bienvenido porque en el barrio falta todo, una frazadita, un paquete de yerba, leche, un arroz un fideo, esa zapatilla que ya no usas y que se encuentra en buen estado para chicos y grandes”.

La descripción de Rodríguez es contundente y la inacción del gobernador Zdero es alarmante. Es como decir “sobre llovido, mojado”. Está esperando que Milei y su equipo de escondedores de alimentos y de sobresueldos y compras de alimentos, que no se encuentran, se dignen a tirarle un bote salvavidas.