THE END: El pueblo de EE.UU. debe despertar de un modelo donde no pueden velar ni enterrar sus muertos

Las ruinas estadounideses se comienzan a ver hacia dentro de las instituciones, universidades y centros de investigación y entes de gobierno, como en unas fuerzas armadas obsoletas. China les pintó la cara con esto del coronavirus, con respuestas rápidas y efectivas. Y ahora ayuda al mundo. EE.UU. no lo puede hacer ni aunque quiera. Allí estriban las diferencias. (Foto: Taringa).

WASHINGTON, EE.UU. (Especial para EL SOL ABC-Por Vane Valciotta *).  El gigante con pies de barro se ha desplomado peor que en el 2001. A pesar que la CNN y la Fox no muestran los cementerios comunitarios o fosas comunes que se han creado en una isla frente de Nueva York, o alrededor de algunas cárceles de las ciudades de Washington y Nueva York y otras, las redes sociales muestran con crudeza la insostenible situación que viven los ciudadanos de la costa Este, en el corazón de la especulación mundial.

Mientras la riqueza va por un lado, el herrumbre va por otro. Y lo peor que se está descubriendo es que la mayoría de los muertos “son extranjeros: latinoamericanos, indoasiáticos y orientales de China, Japón y Corea”. Esto debe llevar a una seria investigación, porque de otra manera estamos arrastrando al país a una tremenda “enemistad y desconfianza” entre las cientos de comunidades que habitan el territorio de EE.UU.

Ya muchos analistas dan por cierto el debate que se tiene que dar adentro de los clubes, escuelas, iglesias y grupos sociales dominantes, que esto no puede seguir así. O se vuelve a potenciar al Estado, dando prioridades a la salud, a la educación y la solidaridad entre las masas, dejando el individualismo a la que se sometió con falsos paradigmas a la mayoría de la sociedad norteamericana o se va a la desaparición del país, como Estado mancomunado de naciones. No tendrá sentido seguir haciendo un esfuerzo para que 10 familias usufructúen todo.

Ya se está pensando que la Reserva Federal debe pasar a manos del Estado y que Wall Street debe estar acotado sólo para las empresas que inviertan en EE.UU., bajo estricto control del Gobierno federal. Y la especulación financiera es la que más impuestos deberá pagar, porque no beneficia al conjunto. Sería la única forma de emparejar y de sacarle algo a estos pulpos que son los zánganos de la economía estadounidense y que de paso arrastran “a otros especuladores y evasores” de otros países. Se ha montado un gran circo de la timba internacional.

 

Ahora dudan de Trump

El año pasado, casi en su finalización, cuando la pandemia de Covid-19 no se había declarado todos los análisis llevaban a que Donald Trump “iba a ser reelegido sin ningún problema”, porque se terminaba el 2019 con la creación de 6 millones de puestos de trabajo y con la perspectiva de una economía en alza.

Pero a partir de febrero, la situación comienza a cambiar. Se ve a un Trump dubitativo y que cuando lo apuran no parece tener las respuestas que supo esgrimir en tiempos de bonanza.

El panorama se da vuelta cuando el coronavirus llega a Nueva York, donde las primeras declaraciones del presidente son “aleatorias y sin fundamento minimizantes de la realidad”. Esto fue lo que provocó mayor número de infectados, porque la gente salió a trabajar inconscientemente “porque su presidente así los animaba”. Porque dijo en reiteradas oportunidades que “EE.UU. jamás se va a cerrar, y que de hacerlo sería el fin de sus días”. Pero la realidad es mucho más perversa: el país se ha comenzado a parar sí o sí. Sin la necesidad de un decreto presidencial el país se ha comenzado a parar. Miles y miles de muertos se amontonan en los hospitales y clínicas, y los deudos no pueden velar a sus fallecidos ni los pueden enterrar.

Esto es peor que lo de las “Torres Gemelas” en el 2001, aunque el impacto visual fue fenomenal en aquel momento.

 

El liderazgo de China

China con su socialismo a cuestas, pero dando respuestas de un país ultramoderno, cosa que no acontece con ninguna ciudad norteamericana, puso en menos de 24 horas todas las alertas y puso en cuarentena a toda la ciudad de Wuhan (donde se habría manifestado el enfermo 0) y al mismo tiempo, en 10 días tuvo 3 hospitales de campaña en la misma zona con los cuales detuvo la propagación del virus. Eso sólo lo puede hacer un país líder.

Sobre la marcha, con el liderazgo de Xi-ping, logró sendos acuerdos con Rusia, Indonesia, Japón y Corea, para una estrategia común para enfrentar la pandemia. Mientras tanto, todos los países del mundo comenzaron a copiar la estrategia del gigante chino. Eso lo puede hacer un país líder.

Pero además de ello, China se dio el lujo de ayudar a todos los países que se lo pidieron, de enviarles materiales y medicamentos para contrarrestar el Covid-19, cosa que al contrario de EE.UU. que comenzó “a piratear” las encomiendas que pasaban por su territorio y que llevaban insumos para combatir el coronavirus.

Y así se puede ir viendo que, como lo dicen los analistas más conocidos, que “China ganó la Tercera Guerra Mundial sin haber disparado un solo tiro”. Eso demuestra su poderío económico e intelectual, mientras que EE.UU. cada día le cuesta remontar más, y peor con gente como Trump, que hace que a los norteamericanos se los rechace en el exterior.

(*) Colaboradora de El Sol abc, comunicadora social residente en EE.UU., experta en medios radiofónicos. Radicada en Fort Lauderdale desde 1975.