OPINIÓN: “El peronismo, la organización vence a las pestes”

Juan Domingo Perón y su ministro de Salud, Ramón Carrillo, también tuvieron que sortear la epidemia de peste bubónica y viruela. Sin embargo, según el autor de la nota, siempre hubo rápida y eficiente respuesta de parte del peronismo. (Foto: Archivo General de la Nación).
Francisco Pintor, analista político, autor de la nota de referencia. (Foto: Red Social).

El presente escrito trata de un análisis en 3 momentos históricos de gobiernos peronistas de los presidentes, Juan Domingo Perón, Cristina Fernández de Kirchner y del actual presidente Alberto Fernández. Cómo estos gobiernos de un mismo signo político e ideológico tuvieron que afrontar diferentes epidemias y pandemias, que políticas públicas en materia de salud implementaron con sus respectivos efectos.

El peronismo siempre tuvo la capacidad de interpretar situaciones y hechos históricos, que fueron plasmados en la serie y generaciones de políticas públicas que son abordadas.

LA RIOJA (Especial para EL SOL ABC- Por Francisco Pintor *). En estos días que transcurren donde afrontamos una cruenta epidemia causada por el coronavirus (COVID-19), nuestro país bajo la conducción política del presidente Alberto Fernández, ha generado una serie de medidas tendientes a proteger a la población y al circuito económico productivo. Medidas que últimamente fueron cuestionadas por varios dirigentes de la oposición aludiendo a que las mismas y, en especial, las sanitarias fueron mal aplicadas y ejecutadas. Al margen de entrar en análisis detallistas sobre el desarrollo de las políticas de ajuste y recorte de muchos actuales dirigentes opositores que  en su momento fueron miembros del gobierno de Mauricio Macri, me propuse sí, a realizar un análisis donde pueda hablar de gobiernos peronistas que han afrontado en determinados momentos históricos problemas epidemiológicos y cómo respondieron ante tales situaciones.

Gobiernos como el de Juan Domingo Perón, el de Cristina Fernández de Kirchner y el actual de Alberto Fernández, son gobiernos de signo peronista y justicialista, que en su momento afrontaron epidemias biológicas. Así tenemos el caso de Perón con la peste bubónica y la viruela, Cristina Kirchner con la epidemia de la gripe A (H1N19) y el actual de Alberto Fernández con el coronavirus (COVID-19). Propongo en estas líneas hacer un repaso por las políticas públicas que implementaron estos gobiernos y por qué el peronismo como una corriente política e ideológica, siempre tuvo papeles destacados en momentos como los que estamos atravesando.

 

Gobierno de Juan Domingo Perón

Comenzamos con el gobierno de Juan Domingo perón, quien en los períodos de 1946 a 1953, tuvo que generar políticas que fueran destinadas a combatir los brotes de peste bubónica y viruela que azotaron al país en esos años, fenómenos epidemiológicos que ocasionaron saldos de muertos y contagios en la provincia de Buenos Aires principalmente, la ciudad de Buenos Aires y provincias del interior como Salta y Jujuy. En esos momentos Perón había tomado la decisión de crear la Secretaría de Salud de la Nación, y nombrar como su secretario al doctor Ramón Carrillo. El peronismo en ese entonces generó un plan sistemático apuntado a comenzar con procesos de institucionalización de organismos de salud a lo largo del país, principalmente encargándose de contrarrestar en el caso de la peste bubónica con políticas tendientes a generar tareas de control y prevención: como el cordón sanitario, la desinfección y la desratización de locales, casas, escuelas, teatros, cines y de la red cloacal; la aplicación de suero antipestoso, la incineración de la basura y de los elementos de uso doméstico que pudieran estar infectados, la demolición de las viviendas y por primera vez en la Argentina se trató a los enfermos con estreptomicina y sulfamidas.

Se consideró importante por otra parte, la eliminación de las ratas para evitar los “daños materiales” que causaban. Según los científicos, una rata “consume 35 kilos de pan por año” de esto se desprendía que “consumen el equivalente a 31.000 kilos de pan”. La conclusión era que: “La destrucción de las ratas representa un ahorro de varios millones de pesos para la Nación”.

Con respecto a la viruela, en el transcurso del siglo XX, la viruela como enfermedad viral caracterizada por el contagio interpersonal, se convirtió en una enfermedad dominada. Se creó la  Ley Nº 4202, que había reglamentado la obligatoriedad de la vacunación antivariólica y antidiftérica, y colaborado en la reorganización de los vacunatorios, el Plan Analítico de Salud Pública de 1947, que estipuló la necesidad inminente de desterrar dicha enfermedad y a tal efecto se implementó la presentación del certificado de vacunación obligatorio en las escuelas, las fábricas y la administración pública. Para contrarrestar los efectos del brote de viruela principalmente el más grande que se registró en 1950, para ello, se presentó un Plan de Epidemiología y Endemias para la llamada “Lucha contra P-4”.  El plan consistió en dividir al territorio nacional en seis Direcciones Sanitarias, cuyas autoridades tendrían la misión de realizar una eficaz y eficiente vacunación de la población, lograr una mejor coordinación con las campañas sanitarias realizadas en los países limítrofes, aumentar los intercambios académicos con el fin de estudiar el problema de la viruela y su prevención en otros países, incrementar los planes de difusión sanitaria y aunar fuerzas con los representantes de los organismos de salud internacionales. Estas medidas influyeron beneficiosamente, ya que lograron limitar el proceso contagioso. Según un registro estadístico de la Provincia de Buenos Aires, donde llegando al año 1952 se verificaba la desaparición casi completa de la viruela.

 

Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner

En el año 2009 el mundo experimentaba un nuevo fenómeno pandémico, se generaba la llamada influenza A o mejor conocido con el nombre de gripe A o gripe del cerdo en alusión al origen del virus proveniente del contagio de un cerdo a un hombre originado en el país de China. La gripe A (H1N1) dejó durante los períodos del 2009 a 2010, alrededor de 600 mil personas contagiadas y 18 mil personas muertas en el mundo. En ese entonces el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, había generado medidas tendientes a declarar al sistema de salud en estado de alerta, cuando aún no se había registrado ningún caso en el país. Aun, tras la acumulación de situaciones sospechosas en provincias como Mendoza, Rio Negro y Córdoba.

Se armó un Comité de Crisis, con el efecto de generar el reforzamiento de los controles en las fronteras, se produjo una reserva de  610.000 dosis de ozeltamivir y zanamivir que existían en ese momento en el territorio nacional para contrarrestar a la influenza A, además del otorgamiento de un aumento de 18 millones de dólares  al presupuesto del Ministerio de Salud.

Una medida destacable por parte de la entonces presidenta fue la tomada en la Cumbre del MERCOSUR realizada el 24 de julio de 2009 , donde reclamó “una suerte de levantamiento o suspensión en materia de derecho de patente ” de la vacuna contra la gripe A (H1N1), para poder atender a todas las personas afectadas por la pandemia a precios socialmente razonables, debido a que el laboratorio que tiene el monopolio de la patente no tiene la capacidad para producir de inmediato todas las vacunas que se necesitan. Fernández de Kirchner informó también que tanto la Argentina como Brasil estaban en condiciones de comenzar sin dilaciones a producir la vacuna contra el virus. 

Ese mismo día los jefes de gobierno del Mercosur ampliado (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Venezuela, Paraguay y Uruguay) aceptaron la propuesta argentina y emitieron una decisión, considerada inédita por la prensa, en la que exigieron la flexibilización de las reglas internacionales sobre patentes a fin de permitir la fabricación de la vacuna cuando un país afectado por la pandemia lo necesite. Esto marcaba un precedente importante ya que hablaba en términos de política internacional, de una gran cooperación y fortalecimiento político ideológico que gobiernos progresistas daban a los bloques de integración regional.

El 26 de septiembre de 2009  la  epidemia y sus respectivos casos comenzaron a disminuir bruscamente con el fin del período invernal.

La circulación del virus continuó de manera generalizada en el país, pero con una intensidad leve. El 24 de enero de 2010 se notificó el último deceso confirmado para Influenza pandémica.

 

Alberto Fernández, actual presidente

Y llegamos al actual gobierno del presidente Alberto Fernández, quien ha logrado en términos estadísticos una leve curvatura en cuanto al nivel de contagios y muertes a manos del coronavirus. Una baja curvatura que es consecuente con las medidas tomadas pero aún más que  eso,  va en consonancia con la generación de políticas públicas que fueron tomando los gobiernos peronistas en los momentos históricos mencionados. El peronismo posee la gran capacidad de ser un interpretador de los tiempos que corren con sus hechos. Políticas que fueron de la mano en un base de solidaridad y articulación de todos los actores sociales, tras la anterior experiencia salvaje y neoliberal del anterior gobierno de Mauricio macri, quien provoco la serie de ajustes y recortes presupuestarios además del gran endeudamiento externo que estamos padeciendo.

Decisiones que van desde la transferencia de recursos extraordinarios a la clases más humildes y castigadas por el macrismo, pasando por la fuerte reinversión y reconocimiento a la labor científica y técnica de nuestros científicos quienes eran ferozmente reprimidos, ajustados y con la necesidad de exiliarse a otros países. Hoy son responsables de notables avances como el reciente por parte del Instituto Malbrán donde sus expertos han generado la decodificación del genoma del covid-19 a fin de lograr mayores controles y diagnósticos del virus, como también la posibilidad de lograr estudios más profundos que logren buscar una posible cura. Estos  avances vuelven a dejar a nuestro país en la escena mundial, ya que en palabras del mismo presidente Fernández, las riquezas de las naciones no sólo se miden por el tamaño de sus PBI, sino por su inversión y acompañamiento a la ciencia y técnica.

En lo local y desde uno escribe también es de destacar la labor del gobierno de Ricardo Clemente Quíntela, quien en sus serie de medias en sintonía con lo nacional e incluso algunas anticipatorias como el uso obligatorio y responsable del barbijo, medidas innovadores como la creación de un prototipo que por medio de rayos ultravioleta es capaz de eliminar de forma efectiva bacterias y virus, por otra parte la decisión de generar un fondo solidario con aportes por parte de sueldos de funcionarios el uso de sanitizantes públicos y el constante trabajo territorial de descacharros, desinfecciones y el despliegue de camiones con rociado de hipoclorito,  reflejan el compromiso de la vida antes que todo.

El peronismo en diferentes momentos históricos nunca perdió su brújula y su guía de generar políticas públicas de salud en el marco de un estado de bienestar, redistributivo con fuerte presencia y acompañamiento a todo el medio social, aun en tiempos de pandemias y pestes, siempre se tuvo en claro que la integridad de las personas y sus vidas no solo pasan por lógicas numéricas ni estadísticas del mercado capital, sino en relación a la humanidad, al respeto por la vida y el desarrollo de todos los argentinos.

Es por esto que el peronismo se constituye en sí mismo como un movimiento con profunda base humanística y social, siendo un faro de luz que ilumina nuestro país y que en las figuras de sus líderes como el general Perón, la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el actual presidente Alberto Fernández, Argentina es un ejemplo en el mundo.

 

(*) Estudiante riojano de la carrera Cs. Políticas, de la Universidad Nacional de La Rioja. Analista Político, militante de varias vertientes peronistas.