BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). El representante del grupo Clarín en la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, fue puesto en evidencia por un informe del Banco Central —donde también existen otros 4.000 sujetos que fugaron dinero al exterior y serían parte de las divisas que desaparecieron del país tras el préstamo del FMI— que había pedido la jueza María Eugenia Capuchetti junto al fiscal Franco Picardi, en la causa que se investiga “el endeudamiento con el FMI y la posterior desaparición de esos fondos solicitados en préstamo”.
Desde muchos sectores de la vida política nacional y social salieron a opinar en forma negativa por la actitud de Rosenkrantz, al fugar fondos en dólares a bancos norteamericanos justo luego de las PASO de 2019. “No es un buen antecedente lo mostrado por Rosenkrantz ni tampoco un buen ejemplo. Un juez de la Corte debe tener el mayor de impolutez y cristalinidad por el cargo que ostenta y porque bajo su arbitrio deben salir sentencias definitivas en la vida de las personas e instituciones. Por lo tanto, debiera renunciar por lo descubierto por la juez Capuchetti”, dijeron en las redes sectores afines al Gobierno nacional.
También se sumó a las críticas, el diputado nacional Leopoldo Moreau, quien en declaraciones en radio AM750, dijo que “no es un buen ejemplo que el presidente de la Corte gire sus ganancias al exterior”, y aunque aclaró que “es una operación legal”, sostuvo que “es inquietante”.
“Tengo entendido que es una operación legal. Entre otras cosas, porque gobernaba Macri y el mercado de capitales no tenía restricciones de ninguna naturaleza. Pero, más allá de eso, es inquietante que el presidente de la Corte, en el ejercicio del cargo, tome una decisión de esa naturaleza”, dijo en La García, por AM750.
Otro antecedente muy grave en el currículo del ex empleado del grupo Clarín –grupo del que es parte como accionista además— es que diversos medios como programas de TV, como ADN de Tomás Méndez y Minuto Uno de Gustavo Sylvestre, mostraron imágenes y pruebas de reuniones “entre el fugado Pepín Rodríguez Simón –hoy en Uruguay— y Rosenkrantz, cuando la Mesa Judicial de Mauricio Macri estaba en pleno apogeo”.
Esta situación descripta muestra el grado de putrefacción del Poder Judicial en la Argentina, que además tiene que lidiar con el terrible como delincuencial endeudamiento del país, por parte de un sector que “hoy pretende dictar cátedra sobre ética y moral”.
Finalmente, los realizado por el supremo, que además es presidente de la Corte, “su acción es claramente una fuga, porque tras unas elecciones que perdieron los macristas, del que él es parte, trató de huir su capital resguardándolo en una situación de excepcionalidad, que muestra poca claridad y ética, donde un sujeto justamente dictamina bajo estas premisas”, dijeron jueces pertenecientes al grupo de Justicia Nacional y Popular.