BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Esto de las llamaditas del FMI a los candidatos debe ponernos con los pelos parados de bronca. Resulta que los que prestaron a sabiendas de que Argentina “no tenía plata para pagar semejante deuda, igual abrieron todos los canales para que se prestara tan alta cifra al gobierno de Mauricio Macri, el que, además, la rifó toda”. En vez de estar ellos preocupados que nosotros no le paguemos la deuda, somos nosotros los híbridos que no tenemos real compresión ni cosmovisión sicológica de saber aprovechar lo que tenemos a favor.
Y estamos todo temblando como terneros a los que se les murió la vaca. En 2003 cuando Néstor Kirchner se hizo cargo del Gobierno, la situación era tremendamente peor, “ya que las provincias estaban paradas y los bonos provinciales, con una inflación paralela, no podían pagar los sueldos de los estatales, entre ellos docentes y policías, en algunos casos con 6 meses de atraso salarial, ya que se recibía ‘los famosos ticket canasta’ como parte de pago. Mientras las ferias de trueque, con los benditos créditos, habían encontrado también su mercado paralelo”. ¿Es que nadie recuerda eso? Para esa época el ministro Massa estaba bastante crecidito; pero bueno, pero hoy andan dándole demasiada bola a unos burócratas, que son alfiles de los dueños de “la torta” para “apretar”, mientras que los nuestros “se dejan” como gatas fáciles de los tejados de cercanías del Botánico de Buenos Aires. Basta ya, por favor. ¿Qué nos le corre sangre por las venas?
Déjense de pamplinas, como la vocera presidencial Gabriela Cerruti, y “salgan al toro”, como dicen en España, que hay un pueblo que se pondrá rápidamente tras de ustedes. ¿A qué le tienen miedo? Si estamos en medio de una tormenta en medio del mar. Volver, no podemos. Y para llegar a la costa, se necesita arrojo y decisión.
Por aquellos días febriles de mayo de 2003, cuando el barco se hundía, donde “un tifón y huracán, con sudestada” atacaba el barco llamado país. Y Néstor fue a Entre Ríos, donde la gente comía en las ollas populares –no había otra opción— y mediante el ministro de Educación, de ese momento, Daniel Filmus, le dijo al ministro Roberto Lavagna que le enviara los fondos. A lo que Lavagna le contestó: “No hay plata, ni esa cantidad para enviar”. Entonces, le pidió el teléfono a Filmus y habló directamente con Lavagna: “Mirá Roberto no te voy a decir otra vez, envíame por favor lo que te pedí para destrabar este conflicto, que lleva más de 6 meses”. A partir de la entereza de Kirchner los docentes entrerrianos volvieron a clases y se acabaron los piquetes de estatales en Entre Ríos. Sobre la marcha, cuando regresó a Buenos Aires sacó el decreto de “eliminación total de las cuasi monedas y de los trueques”. Y allí de a poco se comenzó a normalizar la economía.
Sólo se necesita decisión
Entre que lo que vas a perder y te vas a morir, además, porque todo el barco se va hundir, tienes que tomar decisiones extremas. Entre ellas, detener cualquier negociación con el FMI por 180 días. E ir directamente dónde está el mal: formadores de precios, bancos extranjeros que azuzan la inflación. Hacer como hizo Giorgia Meloni en Italia ir contra los bancos, que paguen un bono extraordinario por ganancias extremas. A lo que se debe seguir, anteponiendo una suma fija para todos los trabajadores con sueldos mínimos en blanco una suma fija de 100 mil pesos y por única vez congelamiento de todos los alimentos de la canasta básica familiar por 180 días. A lo que se deben sumar los combustibles.
Y si se oponen, buscar que sindicatos, asociaciones civiles de consumidores, gobernadores, intendentes, personalidades prominentes de la sociedad se sumen a esta patriada en defensa de la gente.
Allí seguramente el pueblo defenderá con pasión al Gobierno, y allí volverán unos 7 a 8 millones de votos. Habrá que ver también la incidencia de los fondos buitres en la política nacional. Tras de éstos hay una peligrosa connivencia para todos nosotros.
NdR: esta nota fue escrita antes de la medida tomada por el ministro de Economía, Sergio Massa, con respecto al congelamiento de los combustibles.
