BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Quién diría! Luego de 1.503 días vuelve a ser presidenta de la Nación, la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, luego del terrible tormento a que fue sometida por los medios hegemónicos al servicio del sionismo internacional y por la red nacional de esbirros al servicio de las clases antipopulares, las mismas que se cuelgan de la luz en los countries, o de aquellas que tiñen de sangre las fuentes de Plaza de Mayo, como en junio de 1955.
Nadie puede creer que aquel discurso de marzo de 2016 en las afueras de Comodoro Py haya sido la puntada inicial para su regreso con más gloria, con más experiencia, con más liderazgo, con más sabiduría, mientras las teñidas señoras de la Recoleta se comen las uñas porque Susana no está; Susana está preparando su “gallinero” para retirarse.
Claro que Cristina es distinta de nosotros, no viene a vengarse, sino a proponer herramientas para que despejemos los argentinos el camino de la reconstrucción de esta tierra arrasada que dejó el macrismo con el saqueo del país, dejando endeudados a todos por más de 100 años.
Y en ese camino se hallan Axel Kicillof y Verónica Magario; en el también todo el gabinete de Alberto Fernández, que debe partir a Israel y Europa, porque hay que moverse para consustanciar acuerdos para delimitar las políticas sociales y estratégicas del país para los próximos años.
Amplio consenso
Desde casi todos los sectores hay mucha alegría porque la “Jefa” vuelve en toda su dimensión de estadista, de mujer con letras de molde, de líder estigmatizada, para proponer distintos caminos para la “recuperación definitiva del país”. Muchos se ponen insolentes, porque quieren “soluciones ya”, pero no saben in situ del desastre financiero y económico que hay en todas las provincias y en todos los estamentos del Estado nacional. Es como comenzar de cero.
Por ello, los líderes provinciales son los que más deben acompañar y proponer razonamientos a cuestiones urticantes y muy complejas de resolver, porque con ello estarán dando una mano enorme.
Mientras tanto
En los corrillos políticos ya se ven los desastres que están provocando en la cabeza de Carrió, de Bullrich, o del mismo Brandoni, el estar medicándose constantemente. Porque sus declaraciones no son de ciudadanos opositores, si no de odiadores seriales, que hoy se levantaron todo brotados.
Si pudieran irse a Marte, en los viajes que propone el loco multimillonario norteamericano, se escaparían, porque hasta las masas que coman hoy les caerán como una patada oral de Aníbal.
