MENSAJE SUBLIMINAL: lo del Guaviare no es hecho aislado, no es sólo un hecho periodístico; hay un grito al mundo que nadie escucha

Los soldados de la Operación Esperanza del Ejército de Colombia auxiliando a los niños que fueron encontrados por la Mano de Dios luego de 40 días de intensa búsqueda. (Foto: BBC).

 

 

EL GUAVIARE, Colombia (Especial para EL SOL ABC-Por NANQUE *). En el interior de esta abigarrada selva virgen, la Madre Tierra pegó semejante grito a la humanidad toda, que todavía sus estertores siguen levantando conciencias, algunas con poca densidad solidaria, otras con verdadera unción espiritual.

Lo que les ocurrió a los niños colombianos de El Guaviare no fue un accidente, quizás sí lo fue a los ojos primarios del mundo y los noticieros, pero fue un hecho que tiene infinitas líneas de interpretación humana.

Hoy donde lo material pega totalmente en los corazones de los hombres cada vez menos solidarios, más indolentes, donde una guerra propulsada desde esos rincones oscuros del Pentágono, para dar satisfacción de sangre y poder a unos jerarcas criminales que se retroalimentan de quienes cuentan miles de trillones de monedas huecas, sin valor, sólo el que les da la publicidad, emergen poderosos Lesly, Soleiny, Tien y Cristin con sus rostros llenos de humedad y de hambre, tras recorrer perdidos unos 20 kilómetros, casi volviendo al punto de partida adonde había caído el avión que los transportaba hacia otra vida, hacia otro destino.

Es allí que emerge esa mano grandiosa, que una noche también apareció en el barrio porteño de la Recoleta, para interponerse entre la cabeza de una mujer que dejó todo por su pueblo y la mano asesina del complot. Justo un 1º de septiembre de 2022, cerca de las 22. Y nadie ve y nadie quiere escuchar.

Pero otra vez aparece, pero ahora disfrazada de un perro Wilson, de más de un centenar de militares y aborígenes para dar con los niños desaparecidos. O como cuando ocurrió con los mineros chilenos. Sólo que nadie se da cuenta. Sólo hablan del hecho periodístico y ya hablan de hacer una película.

No señores, estamos equivocando el camino. No estamos oyendo lo que nos quiere decir Dios. Atendamos por favor ese mensaje infinito que debe cruzar todos los climas, todas las regiones, todos los suspiros, todas las lágrimas, todos los deseos, todos los abandonos, todos los desiertos, todos los hielos polares, todos los mares, todos los océanos, todos los ríos y lagos. Es una bendición suprema, que dice que por favor miremos el interior de nosotros mismos. Que lo único que nos puede salvar, es mirarnos por dentro. Buscar al Espíritu Sagrado que llevamos dentro y no escuchamos. Olvidémonos de las mentiras esgrimidas de la “inteligencia artificial”, que sólo sirve para que los fariseos sigan haciendo negocios y sigan engañándonos con la bursatilidad de la vida.

La vida tiene otras inmensas dimensiones, que los ángeles colombianos lograron descifrar.

El extenso follaje de la selva de El Guaviare hizo también de soporte para que la avioneta no cayera con tanta fuerza en la tierra y se incendiara. (Foto: Los Ángeles Times).
(*) nadie sabe quién es Nanque, sólo un círculo que lo 
aprecia y estima. Pero él está ahí, para a veces decirnos 
las cosas que otros callan, pero lo saben. Es nuestro 
director.