Con la medida, se evita que los contribuyentes que superen los topes del régimen simplificado pasen al general.
Se trata de una nueva estrategia del Gobierno para amortiguar el impacto negativo de los acontecimientos económicos y financieros que afronta el país. La medida se suma a otras adoptadas en los últimos meses para aliviar la situación de los contribuyentes y permitirles un mejor cumplimiento de sus obligaciones tributarias, como la fuerte ampliación de los planes de pago y la digitalización de numerosos trámites.
Hasta ahora, para permanecer en el régimen, los monotributistas no debían superar $1.726.600 de facturación anual -o $1.151.066 en el caso de la oferta de servicios-. Al excederse, eran dados de baja del régimen simplificado y de alta en los tributos correspondientes al régimen general, donde deben pagar IVA, Ganancias y Autónomos.