Familiares piden juicio a la Justicia riojana por la desaparición forzada de Tuco Minué en 1976

La familia Minué sigue esperando justicia por la desaparición forzada de Tuco Minué. (Foto: Tinkunaco).

LA RIOJA (Especial-EL SOL ABC). La familia Minué en esta provincia sigue en la lucha por saber dónde están los restos de César Antonio Minué, militante político desaparecido por los represores Goenaga, Marcó, Menéndez y el ex juez Catalán.

Ya en 2017, los Minué hicieron una nueva presentación ante la Secretaría de DDHH provincial, donde se renovó acusación contra los represores Goenaga, Marcó, Menéndez y el ex juez Catalán, por secuestro, tormentos y allanamiento ilegal de Miguel Godoy y la desaparición forzada de César Antonio Minué, uno de los desaparecidos riojanos.

En aquella oportunidad, año 2017, el secretario de Derechos Humanos, Délfor Brizuela, informó que el juez Federal Herrera Piedrabuena había habilitado la feria y posibilitado avanzar en la Megacausa II con la presentación, por parte de la querella, de la acusación formal.

Asimismo, el funcionario provincial aclaró en aquel momento: “Es una etapa procesal. No quiere decir que ya vaya a ser elevada a juicio. Quiere decir que ya está finalizándose la etapa de instrucción, que ya hay un avance y la posibilidad de que en época de feria judicial el juez federal habilite para apurar para que llegue el momento más decisivo e importante que es cuando las partes solicitan la elevación a juicio”.

En ese sentido, Brizuela remarcó: “Es una causa que lleva su tiempo y de la cual se han venido acumulando pruebas testimoniales y documentales. Lo bueno es que en este caso hay un momento final de la primera etapa, que nos abre la perspectiva de que en el año 2017 podamos tener la etapa de audiencias públicas de esta causa como otras”.

“La causa de Wenceslao Pedernera ya fue elevada a juicio, unificada con otras dos causas y eso es muy probable que en marzo, cuando se constituya el tribunal, sea elevada a juicio”, indicó el secretario de Derechos Humanos en aquel momento.

 

Se sigue esperando

Desde la familia Minué se recuerda que hasta ahora no se ha instruido el “juicio por la desaparición forzada de nuestro hermano y tío. Por lo que reiteramos a las actuales autoridades provinciales y nacionales, llegar a estas instancias, para que de una vez por todas haya verdadera Justicia por los desaparecidos en la Argentina. Sabemos de los poderes ocultos que frenaron la Megacausa II, hubo mucho cajoneada y mucha plata. Pero estamos cansados de tanto ir y venir”, aseveró la dirigente de la Kolina Rioja, María Pamela Minué, sobrina directa de “Tuco” Minué.

 

La historia de Tuco Minué

Era empleado en la Universidad Provincial de La Rioja, en el área de Bienestar Estudiantil. El día 16 de junio de 1976, en forma sorpresiva a la 1.30 de la madrugada un grupo de personas armadas entraron en su casa, diciendo que pertenecían a la Policía Federal, pero no mostraron ninguna credencial. Sacaron a “Tuco” por la fuerza y lo introdujeron en un vehículo, que salió velozmente por avenida Facundo Quiroga rumbo al oeste.

A la mañana siguiente, su madre realizó las averiguaciones en la Delegación de la Policía Federal y en el Batallón 141, recibiendo como respuesta que ellos no habían realizado ningún procedimiento y desconocían el hecho. Seguidamente Juana de Minué presentó un Hábeas Corpus ante el Juzgado Federal, que fue rechazado por cuanto debía atenerse a las instrucciones del Comando del Área 314 del III cuerpo.

Ante tantas gestiones judiciales que planteaba doña Juana, fue perseguida y cada tanto su casa era inspeccionada por estos sujetos.

En un Hábeas Corpus presentado a la Justicia Nacional, la Policía Federal informó que tenía solicitada la captura de César Antonio Minué. Según el testimonio de un conscripto, vio a “Tuco” en el Batallón de Ingenieros 141.

Además, una liberada del Campo “La Perla” (Córdoba) dijo que su compañero le gritó: “Soy Minué de La Rioja”. Pero lo cierto es que Juana Minué ni sus familiares pudieron saber del destino de “Tuco”.

Ella murió luchando en 1987, con la esperanza del regreso del hijo arrebatado salvajemente, para que levante nuevamente las banderas de igualdad, solidaridad y justicia que guiaron sus jóvenes años.

Fuente: TinKunaco