EDITORIAL: Dejaron la puerta del gallinero abierta para que el zorro escapara

Macri y mujer en el aeropuerto de París, donde llegó a las 7 hora argentina, luego de huir de la Argentina. (Foto: Capital de Rosario).

Dentro del cinismo, la degradación moral y sobre una pandemia que está haciendo estragos en los cimientos del Estado nacional, aparece el ex presidente Macri huyendo directamente del país, con otra de sus acostumbradas mentiras: de que “la FIFA, o en plan de descanso” como refirieron en sus notas Infobae o Clarín, abiertos cómplices de un sujeto que no tiene moral, no tiene historia, no tiene agallas, no tiene inteligencia, “porque escapar de la forma en que lo hizo, demuestra una vez más que los argentinos estuvimos y caímos  –por influencia de esos cómplices, a los que hay que sumar a grupos o sectores delincuenciales de cuello blanco, que se nutren y reacondicionan en ongs, bancos, asociaciones creadas por los enemigos de la Argentina—, en manos de bandoleros más terribles que los de las bandas del Gordo Valor o del uruguayo Cañón Astete”.

Ayer se cayó la última tira de una gran careta con la que se engañó por cuatro años a una buena masa de amorfos mentales que todavía hoy sigue saliendo a las calles inducida por estos hampones, que tomaron el país para saquearlo e infligirle el mayor daño que la Argentina tenga memoria.

Ya los pasos dados en su viaje a Paraguay   —que desde EL SOL ABC, dimos fuertes indicios, en el sentido que ya estaba preparando su huida—  nos daban cuenta del camino trazado “por sus asesores y amigos, que están todavía en la Justicia y en cuanto meandro de infiltrados existe, que busca beneficiarse de los argentinos. Como para ellos jugó, así que lo ocultan y lo tienen al tanto de los movimientos que lleva adelante la Justicia. Ese tremendo aparato de espionaje que montó, es el que todavía está vivo y sigue trabajando para Macri”. Sobre ello hay que trabajar.

Sabe de la suciedad que arrastra su conducto anal, que por eso tuvo salir a toda velocidad en una camioneta con vidrios polarizados y con “los apuros de un vil delincuente”, que no le “interesan los recuerdos familiares, los días vividos en una casa, los apegos familiares, su propia familia a la que somete a estos vaivenes de huidas y contramarchas, sólo por su egoísmo insano de niño rico que nunca supo lo que era la realidad”. Por ello, no tiene límites a la hora de mentir. Su mente, es un eslabón no para razonar sino para fagocitar, donde su verdad es la única. No le importan ni su partido ni sus ‘amigos de la política’; todo ayer lo bombardeó y los dejó con el culo al aire.

Quizás hasta fuera positivo que toda esta lacra huyera del país, porque más mal del que le hicieron  no puede haber o existir. Sería una especie de depuración y que el cáncer termine extirpándose solo.