A CORAZON ABIERTO: recordando a Pachorra Sabella junto al Negro Alegre, ex figura del River de Labruna

Un gallina de ley, el Negro Alegre, junto a otro gallina, de La Rioja, Ramón Díaz. (Foto: Archivo de Alegre).

SALTA (Especial para EL SOL ABC-Por Gustavo Ruiz). Por primera vez el Negro Omar Alegre se desnuda en una nota radial y habla de lo duro que le resultó pelearle a la vida. Nacido en un hogar humilde “donde se comía salteado”, cuenta que sufrió la discriminación en las divisiones menores por su condición de villero, aunque le agradece a River el hecho de ayudarlo a crecer como jugador y como persona. “Me gustaba cuando me quedaba a comer en el club porque la señora me preparaba milanesas con papas fritas, algo que yo comía muy de vez en cuando en mi casita”, dispara. El Negro habló en “Poné los Fideos”, y recordó a Alejandro Sabella, de quien fue compañero de equipo.

Mientras su almuerzo se cocinaba a fuego lento, el Negro Omar Alegre hizo un alto para charlar con el programa “Poné los Fideos” (FM 101.5) y allí comenzó a bucear en su pasado, en una charla a corazón abierto, la que arrancó recordando al Pachorra Sabella, quien fue su compañero en River. “Era una gran persona, a mí me quería mucho. Siempre me aconsejaba, me indicaba lo que tenía que hacer en la cancha y fuera de ella. Se fue un gran tipo, un maestro”, señala el Negro en el arranque.

Aquel plantel que rompió el maleficio de 18 años sin campeonatos, y que dirigía don Ángel Labruna, tenía jugadores de la talla del Beto Alonso, Alejandro Sabella, el uruguayo Juan Ramón Carrasco, Mario Kempes, monstruos con lo que el Negro Alegre tenía que pelear la titularidad. “A mí me hizo debutar don Ángel Labruna y fue como tocar el cielo con las manos. ¿Te imaginás?, con cada nene que tenía a la vuelta llevar la 10 de River era todo un orgullo para mí, para mi familia, y para la villa donde había nacido”, recuerda.

Y fue justamente su condición de villero la que lo expuso en las prácticas de las divisiones menores, donde sentía que los discriminaban por venir de un hogar carenciado. “En mi división la mayoría de los chicos eran rubitos de ojos azules, y yo era un morocho de la villa y eso me lo hacían sentir. Pero por suerte pude imponer mi juego y eso me llevó a ser titular”.

Recuerda que la primera vez que concentró en el Sheraton no lo podía creer. “Yo venía de una casa donde se comía salteado. A veces me iba a la casa de mi hermana para poder comer o tomar una taza de té, porque en mi casa no había. Y de pronto dormir en un 5 estrellas, comer esas comidas espectaculares, era como un sueño del que no quería despertar”.

El único cuervo que se convirtió en gallina, estuvo con Gustavo Ruiz, en la FM 101.5, en el programa “Poné los Fideos”, donde se recordó muy gratamente al ex técnico de la Selección y ex jugador de River. Al igual que el Negro. (Foto: Archivo de Alegre).

Otro momento de “gloria” que tenía el Negro era cuando iba a comer a la pensión del club. “La señora me preparaba milanesas con papas fritas, algo que rara vez comía, y para mi ese plato era un manjar que pocas veces podía disfrutar, así que me comía cada miguita de las milanesas”, se regodea.

El Negro cuenta que siempre se pregunta por qué no llegó más arriba en el fútbol. “Quizás me faltó esa persona que me aconsejara, mis padres no los tuve conmigo, lamentablemente, y me crié en un ambiente jodido como la villa. Pero nunca le aflojé al destino, siempre fui de pelearle y siempre me gustaron los desafíos. A veces gané y otras perdí, pero nunca bajé los brazos”.

Tuvo la oportunidad de debutar en la primera de River en la época de Labruna. (Foto: Archivo de Alegre).

En Salta encontró su lugar en el mundo. Formó su familia, trabaja en una línea de colectivos y comparte sus ratos con amigos o corriendo detrás de una pelota, desparramando su magia, que sigue intacta. “El fútbol me dio muchos amigos y eso es lo que nos queda. Me considero una buena persona, nunca busqué hacerle daño a nadie y el que me lo hizo a mí supe perdonarlo. Mi consejo, si es que lo puedo dar, es que siempre caminen por la vida con la cabeza alta, como hace la gente de bien, con humildad, mirando para adelante”.

Gracias Negro querido por la charla y por tu amistad de tantos años. Te quiero mucho.

 

Fuente: “Poné los Fideos” – FM 101.5 de Salta