LOS CEBOLLITAS DE MAGNETTO: debido a la pandemia, el equipo está más desorientado que la Bullrich dentro de una bodega; van por más

Los Cebollitas de Magnetto fueron campeones 2016, 2017, 2018 y 2019. Nadie les podía hacer sombra. Hoy se ve como un equipo desmejorado y sin fuentes. Muchos piensan en su desaparición total. (Foto: Prensa de Magnetto).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Avispón Negro). Ando de viaje en viaje, luego de la apertura de Alberto, así que ensillé mi mochila rústica de arpillera, pa’ ir por mis compadres de la Capital Federal, hoy llamada la “Guarida de Horacio”, porque si sale de ella se le nota clarito que no tiene la menor idea del país. Otro globo inflado por mi cumpa, el Negro Magnetto.

Bueno, el hecho que ya en esta ciudá, que es un homenaje a tantos artistas como cultores del bon vivants de los años 20 del siglo pasado, que pusieron su estilo y su talento, me enfilé pa’ la presentación de los “Cebollitas de Magnetto”, equipito de las divisiones inferiores del Club Barracas Sporting Club, justamente en las canchas adyacentes a la editora de los diarios Clarín, Vea, y de los miles folletines de los supermercados. Quería ver en persona a las figuras rutilantes del fulbito nacional, que supieron tener su hora de gloria entre septiembre de 2015 hasta diciembre del mismo año, cuando todo lo que tocaban se “convertía en oro y en tantos premios”, que según me cuenta el Negro Magnetto, “se les subió la espumita de la cerveza y el champán del triunfo, a la testera”, que se convirtieron “en insoportables” para sus contrincantes.

Mientras espero la salida de los equipos, me como un choripán con una coquita. Todos dicen que se enfrentará al equipo de Indomables, dirigido por Luis Novaresio, otro avergonzado por las palizas dialécticas de Cristina, cuando insistía en sus entrevistas con el “ze zobadon todo”.

Mientras me atraganto con el sánguche, aparece el equipo de mi cumpa Magnetto, al que dicen “Aloe Vera”, porque siempre le encuentran alguna nueva propiedá. Con la camiseta de Deportivo Español, aparece el “gran equipo”, que se me había hecho más grande, con más físico. Pero resulta que todos son una manga de enanos, donde el más alto es Leuco, que también está como DT. ¡Madre querida! Me dije pa’ mis adentros, si “Leuco es la más alto”, estos están perdidos.

Bueno haciendo precalentamiento veo al más enano de todos, Eduardito Feinmann, de tan enano, que no se le ven las chunquitas porque los pantaloncitos cortos le quedan como bermudas. A este le dicen “Pichón de Cobra”, juega con el 7, y se mueve por la raya blanca.

De 8 juega Jorgito Lanata, al que dicen “Chueco” por sus combitas, pero más por su estilo por estar fuera de la ley. Hasta hoy lo siguen buscando en las islas Scheylles porque no pagó a los extras que puso “pa’ que llevaran los bolsones de Cristina”. Tiene mucha garra en el mediocampo.

De 10 está el hombrecito mejor informado (por las cámaras de Horacito y changos de la AFI) del país, que ahora habla de “cuánto calza Cristina”. Me estoy refiriendo a Majulis, que en sus noches de tormento sale disfrazado por la ciudá vestido de un ninja negro, pa’ ver si su jermu no le engaña.

De 6, está “La Yorona”, cada día más gordito, porque se come hasta los machetes que le envía el Negro Magnetto. Es capaz de estar haciendo jueguito por horas con frases como “Cristina es la culpable de todo”, o “Es ella la que gobierna”, luego de ello le tienen que tirar la toalla, para que seque sus lagrimones. Dicen los que saben de fulbito, es el que menos aporta al juego. Si ya lo saben, es Wiñaski.

El Gordito Lechoso, quien pretendió jugar en las ligas internacionales, también juega de “ocho mentiroso, pero es un cinco encubierto”. Es indiciplinao, por eso mi cumpa el Negro no lo ha llevao pa’ que juegue en el equipo de la María Laura. Dicen que es muy mentiroso y rencoroso, a la vez. Por eso le dicen “Mentira”, porque tiene patas cortas.

Luego viene el menos preparao, el menos pensante, pero el más enjundioso. Le dicen “Indio Pluma Corta”, juega de 5, de 4, de 3, o a veces es un atacante feroz, pero sin red, que cuando cae todos se le cagan de risa. Todavía tiene el ojo morao, luego de los tortazos de nuestro cumpa Navarro en los pasillos de la 10. Es el más rencoroso de todos. Tanto, que cuando está diciendo algunas mentiras, la saliva se le hace como una especie de veneno en la comisura de los labios. Para darse de cheto, se ha juntao con una miyonaria. Es el Baby.

Por último, Leucocito. Juega de diez menos diez, siempre está en el banco. Pero pa’ cambiar blues. No tiene idea de lo que es el juego. Es el que se cansa rápido. Dicen desde su entorno, que junto a la Fabbiani le gustaría hacer un programa pa’niños.

El partido contra los Indomables fue un desperdicio de tiempo, donde los Cebollitas de Magnetto siguen sin poder agarrar la bola. ¡Así por lo menos lo vi yo! Jajaa.