2020… viniste a poner orden en tanto caos…

Añp para recordar. Año para replantearse muchas cosas. (Banner Dreamtime)

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). El pensamiento y la opinión es lo que nos ayuda a comprender la situación que vivimos, donde todo se ha trastocado y donde las relaciones comienzan a cambiar. Así rescatamos la sinopsis literaria que hizo en el diario Nueva Imagen, Ariel Bessega, que nos deja una descripción clara y precisa sobre este año, que todavía no dio todo lo que tiene que dar.

Dicen los estudiosos del tema como sociólogos y meteorólogos y astrólogos, que este 2020, hay que dividirlo en 4 trimestres: el primero lo comenzamos mal, viene el segundo (abril, mayo y junio) que será bueno; para luego el tercero (julio, agosto y septiembre), volverá otra vez la incertidumbre y lo negativo; para terminar el año con el cuarto trimestre (octubre, noviembre y diciembre) con la recuperación muy buena y con muchas esperanzas. Pero antes es bueno que leamos a Bessega:

—-2020, viniste a poner orden a tanto caos—

 

“Los pulmones de la tierra necesitaban respirar.

Los árboles dejaron de ser talados.

Las personas odiaban más que amaban.

Los padres necesitaban pasar más tiempo con los hijos.

El rico pensaba que el dinero compraba la felicidad.

El futbolista tenía más éxito que el sanitario.

El estrés hacía temblar los corazones.

Y las razas levantaron grandes fronteras.

 Un día, de repente, el mundo se paró y entonces la Tierra comenzó a respirar aire puro.

Y las aguas volvieron a cristalizarse.

Y los animales comenzaron a habitar en paz.

La Naturaleza es tan mágica que ella misma está limpiándose del mal que hicimos

Las personas en su lejanía se dieron cuenta de que se amaban.

Y se quedaron en casa.

Y leyeron libros.

Y escucharon y descansaron

La familia de nuevo estaba unida.

El rico al no poder salir de casa tuvo que conformarse con unos bollos de pan.

La gente aplaudía desde sus balcones a los verdaderos héroes.

Nuestras mentes se serenaban porque ya no había prisas.

Y cuando ya todo estaba a punto de estallar,  el mundo entero se unió convirtiendo los cinco continentes en solo uno.

Tuvimos miedo, miedo a lo desconocido, miedo  a la incertidumbre de la duración de la pandemia, a contagiarme, a contagiar,  por nuestros familiares, y más aún por los pequeños y ancianos, por nuestros amigos y en general MIEDO.

Y de repente todo se para, y es cuando entendemos el valor que tienen las pequeñas cosas, justo en el momento que nos las quitan.

Las cosas importantes a las que antes no le dábamos importancia y se daban por sentado, comenzaron  a adquirir otro matiz, y le dimos su importancia real.

El  poder curativo de los abrazos, el olor de tu familia, el reír con los amigos por cualquier insignificancia, el pasear por la playa y el sentir la brisa del mar…

Y miles y miles de millones de Pequeños momentos que ahora adquieren relevancia.

Estamos viviendo algo insólito, el año que la Tierra solita obligó al mundo a detenerse.

Éramos ricos y no lo sabíamos.

2020 vaya lección nos estas dando”.