BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Todos los grandes medios salieron a difundir la noticia de la reunión de Mauricio Macri con dirigentes salteños del PRO en Salta y de las diferencias con el sector dialoguista del Juntos por el Cambio, que encabezan Horacio Rodríguez Larreta y María Vidal de Sacco, en oficinas del ex presidente en Vicente López.
Pero para los salteños, es otra la noticia o el análisis de la misma, toda vez que la provincia vive el caos político más grande que su historia recuerde. Esto, a la luz de los sucesos que ha producido la pandemia sino por el cisma político que ocurre en derredor de las alianzas, partidos políticos y organizaciones sociales que quieren tener su espacio dentro del gobierno provincial.
Uno de ellos es pase al Frente de Todos, de cuerpo completo, del actual gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, que, con su Salta tiene Futuro, había sido la pata macrista en la provincia y desde donde emergió la actual intendenta de la ciudad de Salta, Bettina Romero. Donde ahora están abrevando todos los sectores que hicieron posible que la fórmula Fernández-Fernández ganara a nivel nacional, luego de la visita de Wado de Pedro y éste les dijera a los principales referentes, entre ellos Sergio Leavy, el ingeniero Vilariño y otros, que “si quieren ser los referentes del Gobierno nacional en la provincia, primero tienen que ganarle a Gustavo Sáenz”. Así de pragmático y directo fue el anuncio del actual ministro del Interior.
Y esto viene a colación de la visita de Martín Grande, actual diputado nacional por el PRO de Salta, la diputada nacional Virginia Cornejo, el interventor en Salta del PRO, Gustavo André y el concejal José Gauffín a Macri, para pedirle apoyo y “para recibir directivas, toda vez que Bettina Romero, está con un pie casi adentro del Frente de Todos, detrás de Gustavo Sáenz, porque de acuerdo a todas las encuestas, una salida apresurada del sector que abroquela el gobernador, sería casi suicida para querer mantener por un mandato más la intendencia de Salta”. Entonces, saben Martín Grande y los otros referentes del PRO que va a ser muy difícil su supervivencia dentro de la provincia, por más empeño que le pongan.
El disloque
El 5 de mayo pasado, por ejemplo, los diputados del partido Salta para Todos, Ignacio Jarsún y Omar Exeni, que formaban bloque dentro del oficialismo provincial abandonaron ese espacio en la Cámara de Diputados de la Provincia, por todos estos movimientos raros que se vienen dando a nivel provincial y, además, dijeron, que “porque nuestras voces no son escuchadas”.
Anteriormente, había abandonado el espacio que dirige el ex intendente de Rosario de Lerma, la actual diputada Mónica Juárez, quien a su vez había denunciado a Ignacio Jarsún por malos tratos.
Entonces, a la luz de los acontecimientos, por el viaje apresurado de los amarillos salteños a reunirse con los que ellos creen que todavía es su jefe y que de acuerdo a las encuestas, el PRO sólo a nivel nacional no junta más del 10 % de los votos, se podría inferir por lo que les dijo Macri a Grande y sus acompañantes: “Deben ponerse tras de Bettina Romero, porque es la única que puede mostrar gestión”, es quizás el único bote salvavidas que tienen los del espacio macrista en Salta para sobrevivir. Porque si Romero decide pasarse de cuerpo entero tras del gobernador Sáenz, y Martín Grande tendrá que volver a la radio y desde allí “pedir que el ex intendente de Campo Quijano Cornejo le pague algunas de las tantas boletas de publicidad que la FM del ‘sonrisas’ le hacía, cuando eran socios y grandes amigos. Ahora que está con un pie en la cárcel, el macrista no lo conoce. Amigos son los amigos”, diría un viejo conocido mío.
