Los países no pueden estar supeditados a delincuentes como Larry Fink

Este es Lawrence Douglas Fink, más conocido como "Larry El Sucio". Es el propietario del mayor extorsionador de la historia. (Foto: AP).

NUEVA YORK, EE.UU. (Especial para EL SOL ABC). Es hora que los países comiencen a decirle NO y BASTA a estos delincuentes del Far West judío estadounidense. Son los que han hecho de EE.UU. un apéndice de Israel y por ello sobreviven todos estos especuladores delincuentes, que luego aprietan a los países para seguir motorizando una máquina que por “ahora es legal”, pero que con la unión de los estados, de las naciones, estos bichos “no podrían sobrevivir”.

¿Qué sentido puede tener para su vida, “ganar dinero malhabido y en tan poco tiempo” si puede sobrevivir con $us 10.000 diarios, que son una enormidad? Gastando esa cifra que es muy grande, sólo le haría falta 3,65 millones de dólares por año para vivir. Pero, sin embargo, gana una cifra superior a los 90 millones de dólares por año. Es un despropósito.

Entonces, hay algo que no está funcionando bien en el mundo. De eso se trata, poner en evidencia a estos sujetos malignos, además avarientos, que en ese “afán de quedarse con ganancias espurias, ponen en peligro de vida a miles de millones de ciudadanos que viven con una renta anual que no sobrepasa los $us 5.000”.

Este avariento está amparado por las leyes norteamericanas y con ellas aprieta a los países pobres de la Tierra, que con su poder de lobby “compran jueces, periodistas, políticos, mercenarios, prostitutas y todo un circuito de sirvientes”.

 

De quién hablamos

Nos referimos al dueño del fondo de inversión que tiene “negocios” en más de 200 países. No hay nada en el planeta que no tenga olor a “buitre” BlackRock, “olor” a Fink, que además evade en EE.UU. para “solventar gastos de defensa de Israel, para atacar al indefenso pueblo palestino”. Este es uno de los que hizo lobby ante Trump “para que se trasladase la capital de Israel a Jerusalén”.

Este es el segundo hijo de la familia judía afincada después de la Segunda Guerra Mundial en el Estado de California, precisamente en la ciudad de Los Ángeles, donde nació en 1952. En 1974 se graduó en licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de California. Además, pocos años después logró la maestría en Administración de Empresas en la universidad hebrea Anderson School of Management. Hoy sus dos hijos conducen dos “buitritos” más pequeños, que son subdivisiones de BlackRock.

 

Otros aportes

El economista y periodista argentino Alfredo Zaiat escribió en la revista rusa Sputnik, hace días, que Laurence Douglas Fink, más conocido como “Larry” Fink, es “propietario de BlackRock que es el principal fondo de inversión acreedor de la deuda argentina y lidera la posición más agresiva contra la oferta de canje que presentó el Gobierno de Alberto Fernández.

’’La discusión es por 62.591 millones de dólares de deuda y el plazo para llegar a un acuerdo vence el 22 de mayo, cuando Argentina debería pagar 503 millones de dólares de intereses para no caer en default.

’’El negociador por el fondo BlackRock, el mexicano Gerardo Rodríguez, amenazó al ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, en una conversación remota diciendo: “Vos no sabés con quién te metes”.

’’Larry Fink es uno de los 50 milmillonarios más importante de los Estados Unidos y hoy es el hombre más poderoso del mundo financiero global. Es el dueño de BlackRock, la firma financiera que gestiona activos por más de 7,4 billones de dólares.

’’Es el mayor administrador de fondos del capitalismo occidental, con estrechos vínculos con gobiernos europeos y con el Departamento del Tesoro de EEUU.

’’Hijo de un vendedor de zapatos y de una profesora de inglés, Fink se inició en Wall Street en el First Boston para luego fundar BlackRock hace 30 años.

’’En pocos años ha convertido a su firma en accionista de casi todas las grandes corporaciones globales de occidente”, explica Zaiat en el magazine ruso.

Si todo esto lo sabemos, no tenemos venas en la sangre “para que vengan estos delincuentes como Fink y toda su red de alcahuetes y facinerosos a apretarnos. Creo que una pizca de dignidad debemos tener”.

 

Fuentes: The Economist-The Guardian-Revista Sputnik