Malos resultados para todos. Por lo menos para un país que está saliendo de las cenizas que dejó el coronavirus del Covid 19. Muchos pudimos ir a votar gracias –y ahora somos reclamantes, con justa razón— a que pudimos sobrevivir a la Pandemia, pero como eso no nos interesa, sino el diario vivir, hoy exigimos al Gobierno que se haga cargo de la INFLACIÓN, que es la que rompe cualquier esfuerzo de los trabajadores argentinos.
Muchos gobernadores e intendentes no se involucraron en las PASO porque creyeron que las proyecciones provinciales se iban a mantener. Y ese fue un error fatal. Ya que estas elecciones juegan como un termómetro de lo que siente la sociedad en estos momentos: HARTAZGO.
No quiere PROMESAS, lo quiere ya. Y si el Presidente, la Vicepresidenta y el hoy ministro de Economía, Sergio Massa, no toman medidas drásticas y valientes, que salgan en defensa directa de la mayoría de los hogares argentinos, los mismos resultados se darán en octubre, quizás con mucho mayor amplitud.
Y eso es lo grave y peligroso para el país en su conjunto: que un marginal (outsider) como Javier Milei se haga cargo de la presidencia de la República, que con un discurso disruptivo “ha enamorado a la juventud”, dicen los operadores de EE.UU. Pero los mismos nada dicen que “el tipo que no tiene idea de lo que podría causar una dolarización de la economía –muchos creen que van a ganar en dólares, por eso lo votan— fue creado justamente para destruir lo mucho que se pudo hacer tras el paso del macrismo, de la Pandemia y de la guerra en Ucrania”. En fin, es para que Argentina quede sumida de una vez y para siempre en ser un país “pedigüeño” como lo fue Bolivia antes de la llegada de Evo Morales: vivir de la solidaridad internacional.
Si nadie reacciona, estaremos dejando la nada misma para nuestros hijos, nietos y biznietos.
