
GUAYMALLÉN, Mendoza (Especial para EL SOL ABC-Por ABC OnLine). Otra vez el dinero es parte esencial de desavenencias entre hermanos. Esta vez la familia Martín, de mucha raigambre en la zona, fue víctima del “materialismo a ultranza” en la que estamos metidos todos. Nadie deja de pensar en la guita ni un instante y mucho más cuando hay un “negocio de por medio”.
Miles de versiones corren en esta ciudad, por lo ocurrido con los Martín, quienes habían comenzado con este próspero negocio de la venta de repuestos en la década de los 90. Pero Manuel José Martín (61) manejaba autoritariamente, como si fuese el único dueño y así luego de un comienzo muy bueno y alentador, su otro socio, Marcelo Gabriel Martín (57) comenzó a endilgarle malos manejos o inversiones. Así, con varias peleas de por medio llegaron hasta ayer cuando todo se desencadenó de la manera menos esperada.
Eso es lo que aportaron los testigos-empleados- que estaban a la escena pasadas las 14.15, conocido el tremendo desenlace de lo sucedido en el comercio ubicado en el Carril Godoy Cruz al 4360.
El diario MDZ dijo al respecto: “Las personas allegadas a los fallecidos agregaron que los problemas entre ambos eran de vieja data, es decir, llevaban bastante tiempo con discusiones parea definir el futuro de la empresa, que aparentemente, estaba con problemas financieros en sus diferentes sucursales. Incluso, trascendió que habían tenido una reunión con abogados en las últimas horas para avanzar sobre la división de bienes”.
Otros testigos, como los mismos empleados, dijeron que “todo se desarrollaba con normalidad. Manuel estaba trabajando y bajó a comprar comida para almorzar. Luego llegó Marcelo y comenzaron a discutir por una reunión para división de bienes a la que no habría asistido el mayor. Fue allí que el menor, Marcelo increpó de manera fuerte y hasta amenazó de ‘romperle la cara’, por lo que Manuel extrajo la pistola que siempre llevaba consigo y le pegó un tiro en el cuello”.
También agregaron que “acto seguido se fue al baño y se pegó un tiro en la sien”.
Sin tener ninguno sentido común de hermandad, queda la empresa formada para ninguno de los dos. Serán los familiares los que deberán hacerse cargo, principalmente los hijos de ambas familias, todos residentes en Guaymallén.