NUEVA YORK, EE.UU. (Especial para EL SOL ABC- Por Vane Valciotta). Ante cualquier eventualidad siempre hay que tener una ficha dispuesta, piensan en el Departamento de Estado. Aunque es imposible que Vidal pueda asumir alguna función de gobierno, ante un posible “golpe de Estado en la Argentina”, porque hay “un reglamento interno que es muy difícil que se sobrepase, como ocurrió en Bolivia cuando fuerzas militares y policiales impidieron la llegada de los que realmente podrían suceder a Evo Morales en el Palacio Legislativo de La Paz y eso hizo que Áñez pudiera acceder al poder”.
Claro que en la Argentina varios actores están jugando en ese sentido, como el matrimonio Duhalde, el infaltable grupo Clarín y su coequiper La Nación y las entidades agropecuarias, que son material dispuesto para prenderse en atacar a las instituciones del país. Muchos dicen que “están aprovechando que el peronismo no puede salir a la calle a hacerse sentir y proclamar el país que quieren las mayorías y no un grupúsculo de facinerosos golpistas de derecha, que tuvieron la oportunidad de saquear el país durante el macrismo a diestra y siniestra”.
Entonces, como no hay nadie potable. Porque todos están manchados por el desastre anterior. Y tratan de reflotar a la que parece tiene un poco de lumbre y con su carita actoral, de hacerse la “pollito mojado”, y que “todo lo que pasó en el país, no fue por culpa suya, sino que a ella la llevaron en helicóptero”, sale la ex gobernadora María Vidal de excursión por EE.UU. para ampliar su red internacional de contactos para conseguir más apoyos y más dinero para realizar la más fuerte campaña que se tenga memoria en Argentina de cara a 2023.
En la Argentina, varios medios informaron que Vidal venía a entablar reuniones “para conseguir apoyo económico, porque desde su entorno piensan que si sigue pegada a Macri y Bullrich su imagen cae mucho peor”, por lo que la idea “es tomar un camino diferente y hasta la vienen asesorando de formar un Frente distinto a Juntos por el Cambio”.
Por lo tanto, la idea es centrarse acá en EE.UU., además de reunirse con Luis Almagro –alfil golpista utilizado por EE.UU. en Bolivia–, como presidente de la OEA, con directivos de BlackRock, una de las principales aportantes de Juntos por el Cambio, y principal accionista de los Laboratorios Pfizer, además con funcionarios del Council de las Americas, principal ente rector de muchas fundaciones y ongs, que fungen camufladas, y están al servicio del Gobierno de EE.UU., entre ellas la Red de Acción Política (RAP), en conseguir “asesores en marketing y en proyectos”, para definir un plan de acción de cara al 2023. Eso lo dejó deslizar Hernán Lacunza, uno de sus acompañantes en su viaje a Nueva York. A los que se agregaron, además, su ex jefe de Gabinete, Federico Salvai, y el diputado bonaerense Alex Campbell.
