BARCELONA, España (Especial para EL SOL ABC- Por W. Panzeri). Jorge Messi, el Messi que no juega, casi le hace cometer el error de su vida a su hijo, el célebre Lionel. Y es que para irse de Barcelona el ex pibe rosarino debía pagar la bonita y nada despreciable cifra de 700 millones de euros.
Si hacemos cálculos, ganancias menos gastos, Messi lleva atesorados unos 500 millones de euros. O sea que para irse debía “prestarse” unos 200 millones de euros para dejar tranquilo al club azulgrana catalán. Así sin más cortes y palabras, se lo expresó el presidente Bartemou al padre de Lionel. Es cuando se pusieron a leer la letra chica del contrato que une al argentino con el club catalán, allí vieron que esos “700 millones de euros de cláusula de recisión de contrato” no es lo que vale el jugador en realidad sino que “es el reaseguro que tiene el club para situaciones como las que se plantearon en estos momentos”.
Y allí quedó muy claro, que cuando se firma un contrato lo importante es leer la “letra chica” del mismo y así las cifras de los sueldos y primas sean altas, hay que pensar que todos los clubes tienen reaseguros por si las moscas. Y ahora se vio muy claro.
Porque siempre van los que tocan de oído y asesoran mal a los jugadores, y así llenaron la cabeza de Lionel de que yéndose de Barcelona otra vida más “cálida y con libras esterlinas” le esperaba yéndose al Manchester City”. Pero el club celeste inglés no tiene esos 700 millones de euros de contado que exige el Barcelona FC. Y si los tiene, es muy difícil que los arriesgue en un jugador fuera de serie, pero que tiene 33 años. Todo eso no lo evaluó el padre de Messi.
Por eso se queda Messi, porque lo que tiene que pagar para irse es impagable. Pero si igual insiste, podrá comerse un juicio tan grande que le va a llevar años, tiempo en el que no podrá jugar. Irse de Barcelona le significaba irse del fútbol definitivamente. Así de simple.
