BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por W. Panzeri). Verlo al “jugador del pueblo sojero y macrista” con fiestas clandestinas de por medio, nos da un poquito de vergüenza y bronca. Porque Carlos Tévez no supo ser lo que hoy cree que es. Un hombre de bajos recursos económicos que llegó gracias a que muchos, que se llaman sociedad, hicieron su pequeño aporte para que él llegue a ser lo que hoy es: un millonario que no quiere devolver en parte lo mucho que la sociedad de la que reniega ha hecho por él.
Fácil fue subirse al colectivo que maneja Macri, su amigo, que lo va llevar al precipicio. Cree que por hacerle ganar dinero de forma fraudulenta –por ello existe causa judicial– con los parques eólicos, “es el amigo que todos quisiéramos tener”, pero no sabe que “tanto Macri como Angelici lo utilizaron para mantenerse en la comisión directiva de Boca Juniors y desde allí manejar toda una estructura financiera y social muy grande para sus fines políticos”. Pero como Tévez carece de escrúpulos eso no le importa.
Hoy vive en un country, juega al golf, realiza fiestas clandestinas para él y sus nuevos amigos ricos, que le acercan modelos jóvenes para saciar sus apetencias sexuales. Viene a ser “el nuevo Tyson del fútbol” y ya saben cómo terminó el ex boxeador norteamericano cuando se le acabó el dinero.
