LA ALIENACIÓN POR TANTO CEMENTO: mucho tiene que ver con la locura de sentirse encerrados por la pandemia

Esta fotografía muestra claramente lo que describe la nota de marras. El ataque al móvil de C5N en julio pasado es una muestra del peligroso camino por donde desanda la vida de muchos porteños. Por ello, es urgente el debate del traslado de la Capital Federal a otro punto del país. (Foto: Minuto Uno-C5N).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Nadie se ha puesto a investigar los efectos de vivir en conglomerados de edificios, casi apiñados, uno sobre de otros, “por la obligación de vivir en las grandes ciudades”. Tampoco, la poca empatía que existe con el otro  —en la mayoría de los casos— que se visualiza en estos cubículos más estrechos y cada vez más caros, donde “los sicólogos tienden a ser los gurúes que encaminan tu vida”. ¿Por qué los sicólogos no tienen tanto predicamento en las poblaciones pequeñas del interior del país?

Es por ello que toma predicamento el proyecto de traslado de la Capital Federal del país hacia otro punto del país, como lo esbozara nuestro Director en el artículo que publicamos en link Investigaciones con el título “La ciudad de Buenos A

Vista general de la ciudad de Berna, capital de Suiza. Recién a partir de 2010, las autoridades suizas comenzaron a autorizar los edificios que no sean de más de 10 pisos, pero no en zonas de mayor densidad. Todo esta planificado. (Foto: Roland Schmid).

ires se nos muere: ES IMPERIOSO CREAR EN OTRO LUGAR LA CAPITAL FEDERAL” el 8 de junio pasado. Con esto de la pandemia quedó muy en claro que tanto el AMBA como CABA son lugares donde “la vida es cada vez más insoportable  para sus habitantes”. Los servicios esenciales están totalmente sobrepasados por las exigencias de tanto habitante que aumenta todos los días del calendario anual. Y es allí que “las enfermedades sicosomáticas son la base para comenzar a desordenar las vidas de las familias”. Muchas de éstas no saben qué hacer con sus “viejos”, que son “descartados” en geriátricos nauseabundos y el individualismo hace foco en cada personalidad, de la que se aprovechan los “grandes abyectos que lucran con esta evidente situación”: los grandes medios.

 

Por ello, el individualismo

Por ello, la persona en las grandes ciudades comienza “a enloquecer” sin que se dé cuenta. Nuevos tics corporales le comienzan a aparecer, cosa que nunca antes tenía en su pequeña localidad de origen en alguna provincia del interior. Uno de los más claros, según dicen muchos especialistas, “es el movimiento descontracturante intempestivo de la cabeza” o “el comerse las uñas”. Y así va sumando otros, como el insomnio, la inapetencia y la rigidez de vientre, que es mucho más arraigado en los grandes centros urbanos, donde por los espacios se tiene que comer comida que te venden “enlatada” los supermercados.

Entonces, qué cabe. Caben personas cada vez más desconfiadas, que se van cerrando sobre sí mismas y van creando un “ego superior” por su misma disposición individualista a segregarse con líderes que defiendan esta “posición”. Es por ello, que allí cunde el “macrismo”, que bajo la premisa de “que ellos son los únicos que ponen para que el Estado sobreviva, reclaman que se acabe el ‘populismo’, o lo que hoy ya es un ‘peronismo kirchnerizado’, con más defensa de lo nacional y popular’ “.

En sí, lo que se ve de afuera son personas más locas, más alienadas, más nerviosas, más intolerantes, que bajo premisas falsas salen a atacar a cualquiera que ose presentar otros paradigmas de vida. En otras palabras: otras disposiciones y metas, otras utopías.

Y ello no se va a conseguir si seguimos manteniendo estas grandes urbes, que sólo sirven para el hacinamiento, malos servicios, más inseguridad, para negocios y viabilidad para unos pocos, que por el dinero cambian una vida mucho más feliz en centros poblados que no sobrepasan los 100 mil habitantes por lo que viven en una ciudad como Buenos Aires o lo que se está convirtiendo Córdoba o la misma ciudad de Mendoza. Allí también se ha comprobado que las mujeres son las que más insatisfechas están en el plano sexual con respecto a otras del interior del país, producto que los hombres son los que más sufren el estrés de la vida cotidiana. Por ello, se encuentra en Buenos Aires la mayor cantidad de mujeres solas o matrimonios disueltos.

 

Creen que perderán la hegemonía

A los porteños les cuesta pensar en otro país. Son los que todos los días se quejan de la Argentina y son los primeros que hablan que “se quieren ir de la Argentina, porque es un país de mierda”, pero cuando les llevan las soluciones, huyen despavoridos como si hubiesen visto al Diablo. Y el Diablo es el mismo monstruo que ayudaron a construir silenciosamente.

No saben lo bueno que sería desconcentrar tanto vehículo suelto. Tanto mal olor de Riachuelo y de otros ríos cloaqueros. La misma baja en la población permitiría una quita muy grande en la polución ambiental y arreglar muchos de sus problemas tan grandes como son la basura y la provisión de agua.

El traslado de la Capital Federal le permitiría a la ciudad de Buenos Aires primero por su infraestructura en ser un centro netamente turístico. Y seguir manteniendo oficinas de representación del Estado, para que los porteños no tengan que trasladarse hacia el punto donde se ubique la nueva ciudad y sus satélites. Pero algo mucho más bueno para sus habitantes, que estudian en sus universidades: mucho más trabajo para grandes camadas de profesionales que salen a ganarse la vida y no saben cómo insertarse. Los beneficios serían innumerables, mucho más que los problemas. Porque siempre se les ve reclamar por la “solución a sus problemas”, pero acá desde EL SOL ABC le plantemos éste que es muy claro: así como viven no les sirve ni nos sirven.

POR ELLO TAMBIÉN COMPARTIMOS ARTÍCULO DE SWISSINFO.CH

VIDA & TERCERA EDAD: ¿Por qué se construyen tan pocos rascacielos en Suiza?

(Este contenido fue publicado el 23 julio 2020)

BERNA, Suiza (Especial-SwissInfo.ch-Por Sibilla Bondolfi y Ester Unterfinger).En Suiza hay relativamente pocos edificios de viviendas altos. Las primeras tentativas de los años 60 y 70 no tuvieron mucho éxito. Solo en esta última década han empezado a surgir algunos rascacielos.

En Suiza hay relativamente pocos edificios de viviendas altos. Las primeras tentativas de los años 60 y 70 no tuvieron mucho éxito. Solo en esta última década han empezado a surgir algunos rascacielos.

Un simple vistazo a las ciudades y aglomeraciones urbanas de Suiza basta para comprobar que casi ningún edificio tiene más de cuatro o cinco plantas. Se trata de un panorama urbano completamente diferente del de Estados Unidos o de otros países no europeos, donde el skyline comenzó a dibujarse desde principios del siglo XX.

El edificio Jabee en la ciudad de Zurich, es una de las pocas construcciones que se autorizaron en altura, previo estudio de tres años del impacto ambiental que causaba. También paga el doble de impuestos que una casa común. (Foto: Roland Schmid).
Este es el complejo de viviendas Meret Oppenheim de Basilea. También se autorizó recién a partir de 2010. (Foto: Roland Schmid).

“No hemos tenido que construir hacia arriba porque disponíamos de mucho espacio”, afirma Martin Vinzens, jefe de la sección Urbanización y Paisaje de la Oficina Federal de Desarrollo Territorial. “En aquella época, el suelo y el paisaje no eran considerados recursos”.

Además, nos hemos dado cuenta de las ventajas que tienen las casas más bajas. Por ejemplo, suponen menos coste de construcción y ofrecen un buen acceso a los espacios externos, pudiendo así vigilar a los niños que juegan afuera”. Por último, pero no menos importante, los edificios de gran altura tienen un gran impacto negativo sobre las zonas circundantes debido a la sombra que proyectan, motivo por el cual los proyectos de construcción de edificios de muchas plantas encuentran normalmente la resistencia de los vecinos del barrio.

 

No hay que desvirtuar los centros históricos de las ciudades

Sandro Lang, abogado y planificador territorial de la comuna (municipio) de Baar, en el cantón de Zug, que dedicó su tesis del máster al tema de los rascacielos, menciona razones de carácter histórico, limitaciones jurídicas y consideraciones económicas: “En términos generales, las dos guerras mundiales obstaculizaron la construcción de rascacielos en Europa, debido a lo costosa que es su realización”.

A diferencia de Estados Unidos, la mayor parte de las ciudades europeas disponía además de centros históricos medievales, que desempeñaron también un papel muy importante: “Nadie quería levantar rascacielos junto a hermosos centros históricos”, afirma Lang.

Fue en los años 50 cuando los rascacielos comenzaron a hacer su aparición en Suiza. “Desde que empezó a ser necesario viajar de las aglomeraciones urbanas a las ciudades comenzaron a surgir urbanizaciones de rascacielos en las periferias”, explica Lang.

 

Aversión suiza a los rascacielos

Según Sandro Lang, los urbanistas e inversores inmobiliarios han seguido las viejas tradiciones y no consideraron los rascacielos como una forma de vivienda adecuada. “Los suizos son más propensos a vivir en casas unifamiliares. No ha habido consenso en torno a los rascacielos”.

Martin Vinzens confirma también que en Suiza había una cierta aversión a los rascacielos. “A la gente le parecían feos, anónimos y opresivos.  Además, algunos ejemplos del periodo inicial no salieron demasiado bien. Por lo tanto, la gente no quería nada parecido”.

El periodo inicial se refiere a las décadas de 1960 y 1970, época en la que en Suiza se construyeron diversos rascacielos residenciales, como por ejemplo el Tscharnergut en Berna-Bethlehem, los rascacielos Hardau en Zúrich, o la Cité du Lignon en Vernier, un suburbio de Ginebra. (Continúa…)

https://www.swissinfo.ch/spa/serie-planificaci%C3%B3n-territorial_-por-qu%C3%A9-se-construyen-tan-pocos-rascacielos-en-suiza-/45917974