LA PLATA, Buenos Aires (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Encontrarle fisuras a la gestión gubernativa del Dr. Axel Kicillof al frente de la Provincia de Buenos Aires es muy difícil. “Tiene todo, carisma; es muy trabajador; no miente; interactúa con todos; a los problemas los resuelve, o les da prioridad para su resolución; es coherente y siempre sabe, que algo más se puede esperar de ese cerebro pensante que no descansa”, decía una profesora que había ido al acto de entrega de computadoras de la Escuela Secundaria Nº 2 de Ezeiza, tras lo cual se dio tiempo para inaugurar la Escuela Primaria Nº 14.
De acuerdo al seguimiento que venimos realizando de su gestión, desde EL SOL ABC, podemos decir que la misma está cruzada por tres palabras clave, con las cuales uno halla el verdadero dimensionamiento de una personalidad desbordante, de la que se puede esperar todas cosas positivas. Y ello es lo que necesita el país de sus funcionarios, en cada rincón de su extensa geografía: personas de bien, que tengan predisposición por el otro, que piensen como si estarían dentro de sus zapatos; y que, además, sean muy inteligentes. Donde la lucidez sea la llave justa para encontrar soluciones allí donde nadie las ve.
Un hecho singular, que lo pone a la cabeza de cualquier gobernador en la actualidad, fue la renegociación de la cuantiosa deuda dejada por María Eugenia Vidal –ahora anda dando “cátedra” de “cómo pagar la deuda”— y donde todos los medios antiargentinos apostaban “por el default”. Nadie esperó que él solito encontrara la solución menos esperada para hacerse cargo del primer vencimiento, que “lo fue posponiendo muy inteligentemente sin cerrar la negociación, hasta que pudo conseguir los fondos que salieron de un préstamo puente de todos los intendentes peronistas y de algunos fondos propios que había comenzado a ahorrar en el Banco Provincia de Buenos Aires, que fue parte importante para lograr la ingeniería financiera que encontró respaldo en la cartera de deudores de dicha entidad y en algunos bonos que pudo vender”. A todos dejó con la boca abierta, en medio del festival de deudas de las provincias que el macrismo había autorizado sin ningún sustento ni viabilidad y que los gobernadores salían corriendo a Buenos Aires para que el Gobierno nacional les solucionara los problemas. Kicillof fue el único que se encargó solito de encontrarle solución al grave problema de la deuda. Eso fue y es monumental en un político que, además, llegó a la Gobernación de PBA montado “en un viejo Gol VW” tras recorrer toda la provincia sin mucha estridencia y haciendo conocer la idea que tenía para gestionar PBA. Y eso es lo que está logrando, pueblos enteros que estén con una dinámica muy particular: recuperando las pymes, la creación de nuevos mercados de abasto para precios populares, la construcción de más de 135 escuelas en tres años de gestión, la recuperación de las universidades públicas, donde la Cultura cruza a todas las capas: las gubernativas y las del pueblo. Eso es “interculturalidad”.
Interdisciplinamiento
Es la seriedad con que dicta órdenes y es allí que él se pone a la cabeza de esa orden, dando el ejemplo. No es que él da una orden y se pone a hablar por teléfono, luego sale y se toma un mate. No, el va y viene, hasta que consigue que tal proyecto salga. Y ese interdisciplinamiento lo está logrando en todas las capas de la administración provincial.
“Es muy difícil que la Argentina consiga la calidad y predisposición de una persona, como la que ostenta, sin claroscuros, el gobernador Axel Kicillof”, opinan otros por las redes.
Interpoliticidad
Es que a todos deja jugar dentro de su esquema administrativo. Ha logrado que la política sea lo más importante, pero siempre y cuando llegue con mucha gestión. Si no para Kicillof no sirve de nada.
Así tomamos informe de Prensa de PBA en la última inauguración en Ezeiza de la Escuela Primaria Nº 14: “El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó el martes en Ezeiza el acto de entrega de 393 computadoras personales a estudiantes de la Escuela Secundaria N°2 y la inauguración del nuevo edificio de la Escuela Primaria N° 14. Participaron de las actividades la vicegobernadora Verónica Magario; el intendente Alejandro Granados; el director general de Cultura y Educación, Alberto Sileoni; el secretario local de Obras Públicas, Gastón Granados; y la presidenta del Concejo Deliberante, Dulce Granados”.
“Estamos distribuyendo computadoras personales que no son del Estado ni de las escuelas: son de los chicos y las chicas que tienen el derecho de contar con los instrumentos para seguir estudiando”, sostuvo Kicillof y añadió: “Es también una forma de reconocer el esfuerzo y de garantizar que haya igualdad de oportunidades: como todos y todas, tienen derecho a usar sus netbooks para estudiar y también para entretenerse y conectarse con sus amistades”.
En el marco del programa Conectar Igualdad Bonaerense, se distribuyeron 393 computadoras a alumnos y alumnas de 11 cursos del sexto año de la secundaria N°2. El gobernador Kicillof remarcó que “está muy bien premiar el mérito, pero para eso tiene que haber un Estado que entregue computadoras, invierta en educación y permita que todos partan desde el mismo lugar. Con este programa, la Provincia está ni más ni menos que reconociendo los derechos de las y los estudiantes bonaerenses”, afirmó.
A partir del trabajo articulado entre la Jefatura de Gabinete, la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE), esta iniciativa forma parte de un plan que, en conjunto con el Gobierno nacional, destinará cerca de 300 mil computadoras personales a las y los estudiantes del último año de la Educación Secundaria, Agraria y Técnica de toda la provincia. Desde su lanzamiento la semana pasada, ya alcanzó a jóvenes de los municipios de Berazategui, Pilar y Ezeiza. Y este es el más claro ejemplo, de interpoliticidad: el gobernador bonaerense, no sólo habla con los propios, se comunica con todas las otras opiniones políticas y de allí saca lo mejor que le sirve a la Provincia.
Ojo con Kicillof, que no estamos ante cualquier cuadro político: estamos, quizás ante el mejor.
