Alexis Salinas se encontraba junto con otros cuatro amigos dialogando en la puerta de una peluquería de su barrio de Ciudad Evita cuando de golpe se desató la locura. Un auto blanco irrumpió en la escena y comenzó a disparar contra el grupo. Salinas, que se desempeña como defensor en Arsenal de Sarandí, se llevó la peor parte: tiene la visión comprometida a raíz del impacto de los perdigonazos.
“Lo único que recuerdo es que estaba con mis amigos sentado y fue todo en un segundo. Estaba en otro lado con dos amigos y nos acercamos a buscar a otro amigo en común. Nos sentamos 1 minuto en ese cantero y recibí el impacto. Después de ahí no veía más nada, lo único que se me ocurrió fue arrastrarme por el piso”, contó el futbolista de 22 años que pertenece a Argentinos Juniors pero se desempeña en la reserva del elenco de Sarandí.
El hecho ocurrió en horas de la madrugada del lunes y el futbolista fue derivado rápidamente al Hospital Santa Lucía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde fue intervenido de ambos ojos. “La verdad, pensé que me habían matado. En la cabeza tengo bastantes marcas. Los médicos me dijeron que había esperanzas. Ahora trato de tener fuerza, de poder salir de esto, de recuperar aunque sea un ojo y ver algo. Me siento muy triste”, contó claramente conmovido durante la rueda de prensa que brindó.
Salinas confesó creer que “un rato antes” se habían producido disparos en el mismo lugar y advirtió: “Creo que se equivocaron de personas”.
“No vimos a nadie. Fue una sorpresa. Hablé con mis amigos. Ellos están bien, mejor. Creo que recibieron impactos en parte del cuerpo y otro en la cara, pero no le afectó nada. Sentimos el impacto y algunos pudieron correr. Yo me tiré al suelo. Sentí el impacto en mis ojos, sentí la luz y la verdad que pensé que me habían matado. Ya no veía nada. Traté de correr, pedí auxilio y se me acercó un gran amigo que se llama Gonzalo que me salvó la vida”, relató.
Las primeras declaraciones hablan de que varios testigos vieron salir los disparos desde un auto blanco, aunque todavía no hay mayores precisiones al respecto. Salinas, que volverá a ser operado el martes, se mostró enojado con las versiones que indican que se trató de un ajuste de cuentas: “La verdad eso me da mucha vergüenza, que la Policía diga esas cosas… Nosotros somos todos pibes de bien, chicos laburantes. Yo soy jugador de fútbol. Ni siquiera investigaron para andar diciendo que fue un ajuste de cuentas”.
Con la voz entrecortada, el futbolista que todavía no sumó minutos como profesional reconoció temer por su salud. “Me preocupa mi futuro. Me da mucho miedo. Me siento fuerte para salir adelante. Tengo una familia enorme, amigos, gente conocida que me da mucha fuerza para seguir adelante. Ojalá si Dios quiere pueda recuperar la visión. El reencuentro con mi hijo de cuatro años fue triste la verdad, porque tengo miedo de no poder verlo más”, afirmó.