
BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). No se equivoquen hermanos. Esta convocatoria a la Plaza de Mayo para los festejos del 17 de Octubre nos tiene que reunir a todos los trabajadores, a los hijos de la Tierra, a los que soportaron estoicamente esta pandemia, sin salir, sin gritar, recibiendo las pullas de los antipatria. Nos sumergieron en el cadalso de sus proyectos confiscatorios y de entrega, como nunca la Argentina lo había vivido, escondidos detrás de un barbijo. Quizás ello les vino justo y por demás exacto.
Pero eso se acabó. Así como Juan Domingo Perón no fue el ideólogo del 17 de Octubre de 1945 ni tampoco sus dirigentes, fue la voz popular la que recorrió como un reguero de pólvora para recuperar los cimientos de la Patria que se habían perdido.
Es el pueblo, en esta evocación popular y nacional, el único gestor de su propio destino, más allá de las audaces voluntades que trabajan para ello. Por ello, no creamos ni en las divisiones ni en los gigantes troncos que ponen todos los días los enemigos de los argentinos, que se hallan guarecidos detrás del dólar blue, de los aumentos de los precios, de los NIK, de los diarios Clarín y La Nación, en la Sociedad Rural, en Vicentin, en el juez que atiende esa causa, en Comodoro Py, en la Corte Suprema y tantas taras nacidas al arbitrio de las nuevas tecnologías.
Braman los rincones de la Patria por cantar a pecho hinchado de dolor el Himno Nacional; por hacer sentir que pese a todo no nos han vencido. El ejemplo inclaudicable de las Madres, de las Abuelas, de los Hijos, de los hermanos del ARA San Juan, de Santiago Maldonado, de Nahuel, de los 43 gendarmes de Galán, de los hombres que con sus míseros sueldos resguardan a sus familias de la tierra arrasada que nos dejaron. Es hora de hacerse sentir.
A los cautos sólo les pedimos silencio. Les pedimos acompañamiento, sólo eso.
Las calles de la Patria necesitan nuestro grito libertario de defensa por la que murieron tantos hombres y mujeres como nuestros Soldados en Malvinas, Norma Kennedy, Kosteki y Santillán y tantos más. No nos dejemos embaucar que la Patria está en peligro y ésta es nuestra gran oportunidad.