En la Casa Rosada se le rieron a Sáenz. Quiso piqueterear, justamente él que no quiere ser peronista. (Prensa GdS).
BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Como si él no fuera culpable de lo que hoy sufre toda la población de Salta, Sáenz manejando todas las sonrisas posibles para la prensa nacional se quiso erigir en “el gobernador que defiende los intereses de los salteños, que está al comando del frente Los Salteños Primero, tratando que las obras paralizadas en la provincia se retomen”.
Ya el último informe de la Cámara de la Construcción como de la UOCRA Salta dicen que “la construcción ha tenido una caída brusca de casi el 20 %”, a lo que hay que sumar todo el empleo que produce la obra pública, que hoy está totalmente paralizada.
Asesorado por su propia inclinación derechista y por los malos asesores que le rodean en el Grand Bourg, salió desde un primer momento  –muchos dicen que intercedió muy fuertemente por el voto a Milei y su motosierra en el balotaje contra Sergio Massa en 2023– a tratar de prenderse “de las órdenes sin sentido de un gobierno, que desde un primer momento no mostró un plan de gestión coherente, sino más bien que comenzó a atacar la sociedad de consumo, principalmente a la clase media y las clases menos pudientes, como los trabajadores, jubilados y discapacitados”. Pero hombre, “cómo no te vas a dar cuenta del rumbo a lo que nos llevaría las políticas económicas si la base de sustento de toda economía normal estaba siendo atacada directamente”. Falta de lucidez y su propio engreimiento, de no “querer ser peronista”, cuando en plena pandemia y con una sequía fulminante igual el ex ministro Gabriel Katopodis visitaba casi todos los meses a Sáenz trayéndole obras y subsidios para que la economía se fortalezca y el dinero circule. Todo ello le duró hasta que llegó Milei y allí, canchereando, se puso el gorro violeta.
Y hoy lo tienes tratando de “armar una carpa” para a decirle a Milei, “che chango, yo te voté todo y así me tratás”. Desde Casa Rosada le dijeron en la cara: “No, salteñito, andá a armar carpas en la plaza 9 de Julio de tu pago natal, porque acá no le damos bola a los rebelditos”, además de reírsele en la cara y a los Infernales de Güemes, que sólo se les utiliza cuando las papas queman.
Para disimular, salió Francos para decirle: “Cuando pasen las elecciones, si es que seguimos vamos a hablar”.
Y allí Sáenz y su comitiva tuvieron que arrear las banderas salteñas y güemesianas, los bombos, las guitarras y todas las ganas de erigirse en “el líder que los salteños necesitan”. Nada más que la realidad es mucho más fuerte y lo deja expuesto, lo mismo que a Milei y su banda luego del Movistar Arena, en un bochorno del que será difícil que pueda retornar.
Finalmente, se sabe que Sáenz “hace rato que arreó las banderas patriotas güemesianas”.