
AUSTIN, Texas (Especial para EL SOL ABC-Por Vane Valciotta). Todos los medios y comunicadores salen a culpar por las “fuertes tormentas e inundaciones al ‘cambio climático’ solamente, sin preguntarse ‘qué es lo que provoca este cambio’ y ‘cuáles son los efectos más inmediatos sobre los habitantes del planeta’, o ‘qué es lo que se puede hacer para revertir esto’ “.
En las redes sociales salieron a culpar directamente al gobernador de Texas, Greg Abbot, que habría dicho que “si Dios fuera ilegal, también lo deportaríamos”, refiriéndose a las redadas policiales contra los inmigrantes, que él apoya al gobierno federal de Donald Trump, dadas en todo el territorio de este estado federal.
Y como la gente lo tiene muy presente, salió a señalar al gobernador Abbot “por haber pronunciado esta veleidad de ‘hombre superior’ en algunas de sus declaraciones en los medios”. Desde la vocería de la Gobernación de Texas no se expresaron al respecto.
De todas maneras, analistas y meteorólogos señalan que “esta tragedia es producida por la gran cantidad de distintos elementos químicos lanzados al espacio en todo el arsenal nuclear y radiactivo que se está introduciendo en los conflictos bélicos de Medio Oriente, Ucrania y las reiteradas pruebas balísticas en Corea del Sur, Corea del Norte, China, India, Pakistán, Alemania, Polonia y en los territorios franceses del Pacífico, como los conflictos en varios países africanos”. Justamente, EE.UU. está situado en el globo terráqueo en una zona donde los vientos producen distintos vórtices peligrosos por la aceleración de las partículas radiactivas en el aire, que produce el gran movimiento de masas de nubes”.
Es una señal para todos
Desde el portal Debate se dijo, además, que “hasta el momento son 70 personas fallecidas y se cree que hay por los menos unos 200 desaparecidos”. Esas cifras van a cambiar con el correr de los días.
El mismo medio informó que “la tormenta que destrozó Texas no fue un accidente del clima… fue una señal de alerta. En sólo 45 minutos, el río Guadalupe creció más de 8 metros, provocando una tragedia que dejó al menos 43 fallecidos, incluidos 15 menores, y 27 niñas desaparecidas en un campamento cristiano.
’’Según el Servicio Meteorológico de EE.UU., estas crecidas repentinas se relacionan con lluvias intensas sobre suelos secos, fenómeno cada vez más frecuente por el cambio climático. La tragedia en Texas es sólo una muestra de lo que está ocurriendo: más lluvias extremas, más calor, más sequías. Y vidas en riesgo. La ciencia lo advierte y la realidad lo confirma: el planeta está cambiando, y lo está haciendo con dolorosas consecuencias. Las lluvias en Texas dejaron devastación, pero también una lección sobre la importancia de atender los desafíos climáticos globales”, dijo el medio mexicano.