
BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Constanza Suárez para Paradigma). Ayer en el Día Mundial del Cáncer en Sangre se hizo presentación de nueva terapia para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica, que demostró ser más eficaz y segura que los tratamientos actualmente disponibles para pacientes de reciente diagnóstico.
La leucemia mieloide crónica (LMC) es un tipo de cáncer que se origina en determinadas células productoras de sangre de la médula ósea. “Se trata de una enfermedad de progresión lenta en la que determinadas células precursoras de glóbulos blancos se transforman en células malignas, desplazando a las células sanas de la médula ósea”, explica la Dra. Carolina Pavlovsky (MN 93.882), médica hematóloga, jefa de Investigación en FUNDALEU. En Argentina, representa el 15 % de las leucemias en pacientes adultos, afectando a 1-2 entre 100.000 personas. Si bien se diagnostica principalmente en adultos, con una media de 67 años, puede presentarse a cualquier edad.
“La LMC a menudo es asintomática en sus fases iniciales y puede detectarse incidentalmente mediante análisis de sangre rutinarios en los que se observa un aumento de glóbulos blancos (leucocitosis). Cuando aparecen síntomas, éstos pueden incluir fatiga y debilidad; pérdida de apetito y peso; sudoración nocturna o sensación de plenitud abdominal debido al agrandamiento del bazo. Dado que los síntomas pueden ser inespecíficos, la LMC a menudo se diagnostica en etapas crónicas durante exámenes médicos de rutina”, detalla la Dra. Pavlovsky.
Su abordaje
Sobre el abordaje de esta patología, la jefa de investigación de FUNDALEU indica que “las opciones para su tratamiento dependen de la fase de la enfermedad (crónica, acelerada o blástica) y pueden incluir inhibidores de la tirosina cinasa (ITK) –medicamentos que bloquean la actividad de la proteína BCR::ABL1, responsable de la proliferación celular descontrolada– y el trasplante alogénico de células madre, considerado en casos refractarios o en fases avanzadas de la enfermedad. La elección del tratamiento se basa en factores individuales del paciente, incluyendo edad, comorbilidades y respuesta al tratamiento inicial”.
El objetivo principal del tratamiento es lograr una respuesta óptima para alcanzar una sobrevida similar a la de la población general. Actualmente el segundo objetivo es alcanzar una respuesta molecular profunda sostenida que podría permitir la discontinuación del tratamiento en pacientes altamente seleccionados.
Una nueva alternativa terapéutica para pacientes con leucemia mieloide crónica
En Argentina, se ha aprobado recientemente el uso de Asciminib desde la primera línea de tratamiento para adultos con leucemia mieloide crónica en fase crónica. Este medicamento es el primero y único en su clase, ya que fue desarrollado con el propósito específico de reducir eventos adversos. Este innovador mecanismo de acción demostró un perfil de seguridad superior y una eficacia mayor, en relación con los inhibidores de la tirosina quinasa de primera línea disponibles actualmente.
“Desde la llegada de los tratamientos dirigidos como los ITK, el tratamiento de la leucemia mieloide crónica ha evolucionado de manera significativa. Asciminib representa una nueva era en esta evolución al ofrecer un mecanismo de acción altamente selectivo. A diferencia de otras terapias, actúa de manera innovadora para bloquear el desarrollo de la enfermedad, lo que podría favorecer un mejor control a largo plazo y, en algunos casos, permitir la discontinuación del tratamiento”, afirma la Dra. Pavlovsky.
“La incorporación de Asciminib en líneas tempranas amplía las opciones terapéuticas para esta enfermedad y puede mejorar la calidad de vida de los pacientes. Debido a su mecanismo de acción único, no sólo reduce la carga de efectos secundarios, sino que también demuestra una eficacia sostenida, lo que puede traducirse en una mayor estabilidad en el tratamiento y una mejor adherencia por parte de los pacientes. Esto fue demostrado en ensayos clínicos recientemente publicados”, concluye la especialista.