SILICON VALLEY ARGENTINA: Córdoba es la provincia que más apoya la instalación de una industria del software en el país

Córdoba quedó por sobre Santa Fe y Entre Ríos en la puesta en marcha de empresas creadoras de software. Esa es la apuesta más grande de la Provincia. (Foto: iProUP).

CÓRDOBA (Especial-iPropUP-Por Candelaria de la Sota). “Nosotros mejoramos cualquier oferta”, le aseguró a los directivos de Motorola José Manuel de la Sota, en ese entonces gobernador de Córdoba.

La frase fue anotada por los periodistas que, con paciencia, habían esperado en la puerta de la gobernación que terminara el almuerzo que el mandatario había compartido con los directivos de esa compañía, una de las naves insignias de la tecnología.

Corría agosto de 1999 y Motorola aceptó instalarse en la capital mediterránea, con una inversión de 17 millones de dólares y la creación de 500 puestos de trabajo. Ese fue el puntapié inicial para la llegada de firmas de la talla de Intel, IBM o EDS –por mencionar sólo algunas–, para que luego las demás ramas de la industria del conocimiento irrumpieran en la economía cordobesa.

Infografía que muestra los pasos que siguió Córdoba. (Info de iProUP).
Las aulas de la Universidad Nacional de Córdoba propenden a las nuevas carreras ligadas a la investigación y licenciaturas en informática. (Foto: iProUP).

Lo de “mejorar cualquier oferta” a lo que se refería mi padre –sepan disculpar, es difícil para mí llamarlo De la Sota–, apuntaba a ofrecerle a la compañía todos los beneficios necesarios para que se instalara en Córdoba y no en otra provincia.

Diseñó entonces un sistema de exenciones impositivas, alivio de tasas municipales y hasta les ofreció en comodato un inmueble del Estado que estaba en desuso en la ciudad.

Estaba decidido a convertir al distrito en un polo tecnológico, algo de lo que se había convencido después de haber visto el comportamiento de la economía de Irlanda, que llegó a ser considerada la Silicon Valley europea. Y cuyo desarrollo sigue hasta el día de hoy.

 

Contra viento y marea

Las distintas crisis que atravesó la Argentina hicieron que Motorola abandonara el país.

Pero hoy, 21 años más tarde, hay 500 empresas vinculadas al sector de la Economía del Conocimiento radicadas en la provincia mediterránea que emplean nada menos que a 12.700 personas y todas son de perfil exportador:

Unicornios: Mercado Libre y Globant. Despegar contaba con una sede que cerró durante la cuarentena.

Grandes tecnológicas internacionales: IBM, Google, Global Logic.

Las bigfour de la auditoría: EY, Deloitte, KPMG ya están instaladas y PwC planea radicarse en breve.

Startups de diferentes verticales de innovación: Kilimo (agtech) y Skyloom (aeroespacial).

Fondos de inversión pioneros en el país: Alaya Capital Partners, CITES e INCUTEX.

“Córdoba tiene una preexistencia de apoyo gubernamental a la inversión y capital semilla; el conglomerado de clústeres (integración público-privada-universitaria) y un ecosistema emprendedor institucionalizado”, remarca a iProUP Daniel Tricarico, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA).

En el mismo sentido, Juan Giner González, director ejecutivo de la Asociación de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), indica a iProUP que “La Docta posee  gran cantidad de jóvenes universitarios, fondos pioneros y articulación público-privada como la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, que coinvierte con gestores de fondos”.

Según datos de la entidad, se trata de la segunda provincia en cantidad de fondos locales con el 8,2 % del total país, sólo detrás de la Capital Federal y de Buenos Aires. Además, reúne un buen porcentaje del dinero invertido en emprendimientos. Y va por más.

En efecto, tal como informó iProUP, la Docta es considerada el “Delaware” de Argentina por la agilidad que ofrece a la hora de registrar sociedades (48 horas), no sólo por acciones simplificadas (SAS), sino también anónimas (SA) y de responsabilidad limitada (SRL).

Así, ofrece mayores incentivos para la creación de empresas, ya que utiliza una plataforma propia distinta a la de Trámites a Distancia (TAD) que depende del Gobierno y, además, está fuera de la jurisdicción de la Inspección General de Justicia (IGJ) cuyo titular, Ricardo Niessen, se muestra en contra de las SAS.

 

La unión hace la fuerza

A diferencia de otras provincias, Córdoba creó un poderoso sistema de clústeres. Es decir, una agrupación de empresas que se reúnen a partir de una o varias universidades y de dependencias públicas alineadas.

Así, se diferencian de un polo (como el de Palermo) porque no están en un único edificio y en un distrito (como el de Parque Patricios) ya que su centro son instituciones educativas aledañas que proveen profesionales.

De esta forma, Córdoba generó una red con clústeres no sólo en su capital, sino también en una ciudad de menor densidad poblacional como Río Cuarto y hasta en una zona sojera como Marcos Suárez. Si bien el Córdoba Technology Clúster es el más importante, se interrelaciona con los demás.

Pablo Gigy, director de esta institución que funciona desde 2001, afirma a iProUP que con las 500 empresas del sector del Conocimiento posee “un monitor estadístico que provee de datos del sector al menos dos veces al año y ahora estamos necesitando cubrir más de 3.500 puestos de trabajo”.

Por lo pronto, trabaja codo a codo con 12 universidades –entre ellas, la Nacional de Córdoba, la UTN y otras de origen privado– en las que estudian 250.000 alumnos. Esta estrecha relación entre las empresas y las casas de altos estudios se extendió también hasta el ámbito público, ya que el Clúster tiene vínculo directo con el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia.

Así fue que le expusieron al Gobierno provincial la necesidad de brindar capacitación de manera específica, lo que dio lugar a un programa llamado CLIP presentado hace pocos días por el gobernador Juan Schiaretti  para afianzar un rubro estratégico.

Según el programa anunciado por el mandatario, quien fuera ministro de Producción cuando llegó Motorola a la provincia, el objetivo es capacitar a más de 1.000 personas, de las cuales 600 serán empleados nuevos y el resto personal de firmas del sector que requieren saberes específicos.

Quienes participen de la iniciativa recibirán $ 7.000 por mes –pagados entre el Estado y los privados–  y la garantía de que luego se quedarán efectivos en la compañía que los entrenó.

Durante el primer mes, sólo se dedicarán a ganar en conocimientos y más tarde comenzarán a repartir su tiempo entre el estudio –siempre online– y pasantías. Al final del año, pasarán a ser empleados de la empresa que los solicitó en el marco del programa CLIP.

“Trabajamos con el gobierno de Córdoba y con universidades para capacitar los jóvenes para que puedan desempeñarse en alguna de las compañías del sector”, señala Giby. Y añade: “Es fundamental el rol de las universidades y los institutos terciarios, porque eso contribuye a mejorar el ecosistema que formamos todos dentro del Clúster”.