NEXO EXPLÍCITO: Juntos por el Cambio es el brazo político de la Embajada de EE.UU. en la Argentina

El grado de impunidad es tan grande, que Larreta se animó a días del fallo de la Corte a su favor, a ir agradecer personalmente a la actual embajadora norteamericana Mary Kay Carlson "su intercesión ante los supremos". Hecho que evidencia muy nítidamente que Juntos por el Cambio es el brazo político de la Embajada de EE.UU. en la Argentina. (Foto: Perfil).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín *). Muchos argentinos creen que la Embajada de EE.UU. es sólo un organismo del gobierno estadounidense, que tiene injerencia en los acuerdos como nexos comerciales que hay entre uno y otro país. Eso es sólo esperable en las representaciones diplomáticas de otros países, pero tanto EE.UU., como Reino Unido, Israel y Francia juegan en otro sentido con sus embajadas en el extranjero. Y especialmente en la Argentina, porque este país por su ubicación, superficie, calidad de tierras y agua, provisión de materias primas y su gran inversión en continente antártico, es uno de esos territorios considerados edenes de la Tierra.

No hay otro solar con una superficie súper dotada con todo lo que se necesita para vivir una vida de paz y de felicidad. Por ello, tanto norteamericanos como judíos han “visto a la Argentina como el país de la esperanza y felicidad para los tiempos venideros, más allá del Siglo XXI”.

Un primer gran indicio de por qué nos pasa lo que nos pasa a los argentinos, la dice el investigador, catedrático y escritor Dr. Héctor Vega, en su libro “La fortaleza americana. Militarización de la Política en la Región Andina”, quien se animó a plantear en el prefacio de dicho texto que “como investigador o profesor de las Escuelas de Economía, Derecho e Instituto de Economía de la Universidad de Chile y fellow del Graduate Department de la London School of Economics durante la década de los sesenta del siglo pasado, tuve muchas ocasiones de discutir con mis colegas y alumnos el apasionante tema del destino tan diferente de Estados Unidos de América en relación a los países de Suramérica. En mis discusiones nunca obtuve una respuesta que me satisficiera de parte de mis colegas economistas. Éramos una generación que aún creía con los clásicos de la economía, que el crecimiento de los países podía proyectarse en un horizonte ilimitado, pues aún considerábamos infinitas las capacidades del planeta. La aventura hacia el Oeste en el subcontinente norteamericano empujó a hombres y mujeres a la conquista de territorios que terminaron siendo parte de las trece primeras colonias de la Unión. Nada de eso habría explicado el agresivo comercio y negociaciones de ultramar, Suramérica, Lejano Oriente, Europa, y cuenca del Mediterráneo en la época de la restauración de las monarquías europeas, si no hubiese sido por la continuidad del sistema capitalista inglés del siglo XVII que los colonos adoptaron en el territorio del Nuevo Mundo. Fue así como aquella revolución burguesa de propietarios urbanos y rurales, se transformó en el último cuarto del siglo XIX en una potencia competidora de Inglaterra. Dicha evolución la llevó casi un siglo después al poder espacial y a poner fin a la carrera por la hegemonía con la Unión Soviética. Esta marcha geoestratégica hacia el poder, después de la primera hora fundacional está relatada en la Primera Parte del libro, que concluye con la expresión dramática del acto de guerra que pasa a ser la impronta de los halcones del Imperio. Hoy esa visión del terror pertenece al pasado pues el 11 de septiembre probó que la guerra podía llegar al 18 seno mismo del Imperio con medios aparentemente inocuos. Por eso, su agenda de dominación se readecua a las nuevas condiciones, donde todas las armas son lícitas, incluido el terrorismo de Estado, porque no hay límites para el terror. Sin lo considerado en esta Primera Parte habría sido inexplicable la irrupción de EE.UU. en Suramérica. No habría bastado referirse a la clara manifestación de control y dominio que reclamaba la doctrina Monroe. La maquinaria económica, la actividad de las transnacionales en el continente; en fin, la viabilidad de su sistema económico hace necesaria la apropiación del agua, la biodiversidad y la energía en la Amazonía. Esta Región representa el 78 % de la producción primaria del oxígeno del mundo; el 60 % del total mundial de la biodiversidad y el 23 % del total de agua dulce del planeta. Pero es también la pugna por las reservas energéticas de la Región Andina y de Brasil en Suramérica. Es en definitiva la vocación planetaria del Imperio que determina el señorío norteamericano en tierras meridionales. La Parte Segunda del libro muestra el despliegue de la fuerza armada norteamericana en El Caribe, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay cuyos alcances ofensivos se explican en la Parte Primera. Desde el Nudo de Almaguer en Colombia, la Fortaleza Americana domina las operaciones que se desarrollan contra las fuerzas insurgentes en El César y Guajira y su proyección hacia los departamentos de Putumayo, Guaviare, Meta, Caquetá y Amazonas. Colombia, su gobierno actual, es el aliado más próximo de EEUU en el subcontinente, para su denominada noción de Seguridad Colectiva Hemisférica (y hegemónica), próxima al espíritu fundacional de la Organización de Estados Americanos, pero muy distante de la Seguridad Colectiva Latinoamericana, propia de los doce Estados latinoamericanos que fundaron el UNASUR y de su recientemente creado Comité de Defensa Militar”. Esto lo describe el Dr. Vega en su libro del año 2009.

 

Eso es sólo una parte

Por ello EE.UU., Israel y el Reino Unido –con mayor preponderancia—han creado una red de ongs y asociaciones civiles, con “argentinos apátridas y cipayos”, que se manifiestan asépticas y seculares, pero cuyo pensamiento generalizado de sus integrantes es “defender el statu quo de una ideología que nace en Wall Street, Reserva Federal y Bolsa de Londres  —dominada por la burguesía judía sionista, la misma que propicia la desaparición del Pueblo Palestino— con el sencillo motivo de tener a la Argentina como rehén de sus políticas de dominación y saqueo de sus recursos naturales. No por nada nació la denuncia del ex ministro de Salud de la Nación Ginés González García, de que la multinacional Pfizer  —de propiedad del fondo de inversiones Black Rock, uno de los acreedores del país en la cuantiosa deuda dejada por el gobierno de Mauricio Macri— “había exigido para la firma de contrato de provisión de vacunas contra el Covid-19, la entrega como garantía los salares, el petróleo de Vaca Muerta, tierra de la Pampa Húmeda y los glaciares sobre territorio nacional y además el manejo de la plataforma continental del Mar Argentino”. Cosa a la que se opuso, por lo que fue eyectado automáticamente de su cargo, en un ardid de la CIA y sus agentes.

Nexo explícito

Y luego del tremendo “error político” de Horacio Rodríguez Larreta que fue oponerse a las medidas de cuidado de la gente por la segunda ola del coronavirus, luego del fallo de la Corte a su favor, en la cautelar solicitada por las clases presenciales por decreto del Gobierno de la Nación que volvía a la virtualidad, éste se presentó campante a la luz del día ante quien es “para él y sus seguidores, su jefa política en las sombras, la actual embajadora de EE.UU. en la Argentina Mary Kay Carlson, para agradecerle personalmente haber intercedido ante la Corte de Justicia de la Nación, por los favores recibidos, ya que el fallo a su favor le dio apoyo en su creencia de que con eso ganará las elecciones”. Grueso error.

Por supuesto, los medios afines al cipayismo nacional y alfiles de EE.UU. en la Argentina  Clarín, Canal 13, TN, radio Mitre, radio Rivadavia, La Nación, canal de TV La Nación +, Infobae, La Voz, Cadena3, etc.— dijeron que “había ido a la reunión con Kay Carlson para solicitarle vacunas para la CABA”, pero la verdad se yergue sola: todos los movimientos, como posteriores declaraciones de los funcionarios del gobierno de la ciudad apuntan a evidenciar muy claramente su relación de subyugamiento a las directivas para la estrategia general de Juntos por el Cambio en las próximas elecciones.

 

(*) Colaborador y columnista especializado en temas políticos y de investigación de EL SOL ABC- colaborador free lance de otros medios internacionales.