Martiarena abjuró del PJ y ahora pretende cargos nacionales en Jujuy

Un personaje que se fue del peronismo ahora quiere digitar los cargos en Jujuy. Según sus voceros, quiere ser el único representante del PJ para enfrentar a Morales en 2023. (Foto: Jujuy Dice).

SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial para EL SOL ABC). Un caso atípico se da dentro de las filas del Frente de Todos en Jujuy, ya que el actual diputado nacional José Luis Martiarena, quien lucra con el apellido peronista del padre, salió a manifestarse en varios medios capitalinos denunciando que “la diputada nacional Carolina Moisés estaba manejando el tema de los cargos públicos nacionales que el Estado nacional tiene en la provincia y que tras de ella había abroquelado en unidad a todos los sectores del Partido Justicialista y distintas vertientes del kirchnerismo”.

Para ello, no tuvo ningún empacho ni prurito en reunirse con el ministro del Interior, Wado de Pedro, a quien manifestó su disconformidad por los “movimientos de la diputada Moisés”. Precisamente quien dejó al municipio de San Salvador, tras dos gestiones, desde 1999 hasta 2007, con abultadísima deuda y con serias denuncias de hechos de corrupción, tanto que dio lugar a la aparición del Chuli Jorge  —que ya va por su tercer mandato—, quien no es un santo impoluto que también tiene denuncias en su contra y que el Poder Judicial local socapa, “sino que por lo menos ha hecho algo en favor de la ciudad”, dicen algunos vecinos de esta ciudad.

 

Un prontuario no muy santo

Martiarena fue uno de los gestores de la división del PJ en esta ciudad y en muchos momentos jugó en contra del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, ya que se su postura se embarcaba en la ideología que profesa Miguel Pichetto  o el salteño Juan Manuel Urtubey.

Pero existe un extenso informe del investigador Gerardo González, publicado por Página 12 en 2008, que daba cuenta del personaje que es Martiarena y de cómo abandonó la intendencia de la ciudad de San Salvador, cuando se quiso manipular la elección a intendente en octubre de 2007. El mismo expresa:

Con el título “Una ciudad sin intendente”, Diego González escribió en uno de esos párrafos: “¿Y dónde está el ex? (subtítulo)

De Martiarena no se sabe su paradero. Los rumores son de lo más variados: que está en el interior, que se esconde de la prensa, que se fue del país, que está en Buenos Aires, que está de vacaciones. Página/12 se subió a un taxi y se dirigió hasta su domicilio, en el sofisticado barrio de Los Perales. El palacete luce deshabitado, con boletas de teléfono regadas por el piso y un par de tigres dorados descascarados en la puerta. Una vecina aseveró que hace días no se ve movimiento.

En la actualidad, la imagen pública de Martiarena no parece la mejor. Taxistas, mozos y transeúntes sienten que se trató de una gestión que hizo poco por la ciudad y hablan de corrupción. Las críticas se repiten: baches, iluminación y basura. Ocurre que, desde que en 2007 rompió con el peronismo local para crear su propio partido, Martiarena fue perdiendo paulatinamente aliados. Hoy sus más acérrimos defensores son los vendedores callejeros.