Las elecciones primarias del 11 de agosto no solo sorprendieron a los analistas políticos, encuestadores y a los propios candidatos. La abultada victoria del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, sobre el presidente Mauricio Macri sacudió el mapa político, y repercutió en todos los ámbitos. El mundo del fútbol no podía quedar exento y los movimientos internos no esperaron a los comicios generales del 27 de octubre para desatarse.
En esta semana las reuniones comenzaron el lunes y en terreno moyanista. La primera fue en la empresa Caminos protegidos, que en su momento fue sponsor en la camiseta de Independiente y que pertenece al holding de los Moyano, donde participaron delegados de los hombres clave que buscan recortar la influencia de Daniel Angelici, y por ende de Boca Juniors, el club que preside. En esa primera cita quedó claro que tanto Hugo Moyano (Independiente), Marcelo Tinelli (San Lorenzo) y Rodolfo D’Onofrio (River) coinciden en que es el momento ideal para avanzar sobre Angelici por varias razones: el amigo de Macri termina su mandato en el club de la Ribera a fin de año, la cantidad de votos recibida por Alberto Fernández alienta cambios de rumbo a nivel nacional y la crisis económica envuelve a la mayoría de los clubes.
No hay dudas de que el impacto de la abrumadora diferencia de votos entre el Frente de Todos sobre la fuerza de Mauricio Macri marca esta interna del fútbol. Tanto Moyano como Tinelli y D’Onofrio se sienten más cómodos con Alberto Fernández, cuyo corazón futbolero no compite con los grandes. Como se sabe, el ex jefe de Gabinete es fanático de Argentinos Juniors. Hugo Moyano, representado en estas reuniones por Héctor Yoyo Maldonado -mano derecha en Camioneros y luego en Independiente-, está convencido de que un cambio en el gobierno nacional serviría para desplazar a Boca de la mesa de las decisiones de la Superliga.
Todos coinciden en que el poder boquense, ya criticado con su influencia en la AFA, debe recortarse en la Superliga. Tanto D’Onofrio como Tinelli aspiran a hacerse fuertes retomando el manejo de la Superliga con un objetivo mayor a largo plazo: las elecciones 2021 en la casa mayor del fútbol. Si en octubre se llegase a ratificar lo que quedó demostrado en el ensayo de las PASO, ya no solo pensarán en mejorar la situación de sus clubes en el reparto del poder en la mesa chica de la Superliga, sino que se abrirá la pelea por suceder a Chiqui Tapia en la calle Viamonte.
En la reunión de este lunes también quedó clara la preocupación de la mayoría de los clubes por la situación económica que los afecta, muchos de ellos obligados a respetar contratos en dólares cuando están recibiendo ingresos devaluados tras las elecciones primarias. En este punto también cuestionan la forma de gestionar de la Superliga, y apuntan a Mariano Elizondo, el CEO de la entidad que ha explicado una y otra vez los montos que reciben los clubes con él al frente de la organización, y cómo se mejoran esos números torneo a torneo. Sin embargo, la situación económica de Independiente, River y San Lorenzo es preocupante más allá de los powerpoints que les muestra Elizondo. Un dirigente del fútbol grafica con un ejemplo de un club que no es el suyo: “Fíjense el caso de Independiente, han empezado a usar micros para trayectos en los cuales antes contrataban un vuelo…”. De los cinco grandes, solo Boca y Racing no tienen sobresaltos económicos.
Esta semana también se reúne Sergio Marchi de Futbolistas Agremiados con la mesa directiva de la Superliga. El sindicalista amenaza con una huelga por la falta de pago en varios clubes, que llevó a muchos de ellos a modificar concentraciones y a redoblar esfuerzos para que el conflicto no estalle a solo un mes de haber comenzado el campeonato. “Si estamos así a cuatro fechas del inicio, no queremos saber cómo estaremos cuando avance el torneo”, dicen entre los que promueven un nuevo orden dentro de la Superliga.
Es evidente que esta alianza incipiente entre Independiente, River y San Lorenzo no se conformará con disminuir la influencia de Boca en las decisiones sobre los torneos. Es cierto que Tinelli y D’Onofrio también piensan en volver a soñar con la Asociación del Fútbol Argentino y este sería un primer paso alentador. Por esas cosas del destino cuentan con un apoyo impensado, el de Hugo Moyano, defraudado por el vuelo propio de su yerno Chiqui Tapia. También los impulsa la “esperanza” del 28 de octubre. Ese día puede haber terminado el sueño reeleccionista de Mauricio Macri y también buena parte del poder e influencia de Daniel Angelici.