LO VENIMOS SEÑALANDO, CON EL PLANETA NO SE JODE: la bajante del Paraná se produce por la angurria y la deforestación

Frente a las costas del río Paraná, cerca de la ciudad de Rosario. Vista aérea que muestra el desastre ambiental provocado por la misma mano del hombre. (Foto: La Vanguardia).

ROSARIO, Santa Fe (Especial para EL SOL ABC- Por Ana Argañaraz). Muchos analistas recurren a opiniones de hombres comunes que están encerrados en las dinámicas de estudios de la NASA o de centros que tienen que ver con el clima, pero no se centran en aspectos más cercanos que hacen a la vida de los pueblos, que se desarrollan en medio de las cuencas hidrográficas sudamericanas, que desde hace 20 años sufren la expoliación diaria de bosques, con quema de pastizales, con matanzas impresionantes de animales que hacen al ecosistema natural de los bosques y la tala indiscriminada de bosques y selvas. Eso lo minimizan y hasta dejan al margen este tipo de visiones.

Los denominados “hombres de campo”, que son empresarios y productores, que viven en las grandes urbes de Brasil, Paraguay, Bolivia y la Argentina han entrado en una espiral sin retorno, que es la “de ganar dinero rápidamente” apostando a la soja y cría de ganado, rompiendo todas las reglas naturales y pervirtiendo leyes de los países, con tal de “saciar su truculenta angurria” a costa de la flora y fauna de una región, o de esta parte del planeta, que cada vez tiene menos oxígeno puro, y menos humedad para formar los bancos de nubes para las lluvias tan necesarias.

Qué podemos explicar, si con tan sólo acercarnos a cualquier ribera del litoral del río Paraná nos damos con un panorama desolador.

Todos estos incendios provocados en 2019 por la desidia del presidente Bolsonaro en Brasil sobre las cuencas de los principales ríos afluentes del Paranà y Paraguay, hoy está repercutiendo drásticamente en la bajante del río Paraná. Una de las principales razones para explicar este desastre ambiental. (Foto: Getty Images-BBC News).

 

Año clave para reflexionar

Justamente la sequía que comenzó el año pasado y que ahora se agrava mucho más, viene de los grandes incendios provocados en Brasil por los permisos de Jair Bolsonaro para que provoquen los grandes incendios de la Amazonía, que a lo largo de 2019 tuvo sus efectos directos en los meses de agosto y septiembre de ese año, “cuando unos casi 40 mil focos de incendios descubiertos, afectaron sobremanera la flora y fauna del Amazonas”, especificó BBC News. Hasta el día de hoy no se ha cuantificado el “verdadero desastre natural que ha significado la pérdida de valiosas especies, tanto animal como arbóreas”. Mientras el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió a lavarse las manos, diciendo que “mi Gobierno no se hace cargo de los incendios”.

Luego vinieron los incendios en Bolivia, que fue parte del plan para hacer caer al ex presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, con graves incendios forestales en la Chiquitanía amazónica, en los límites de Bolivia con Brasil. También comenzaron a mediados de agosto de 2019 y se extendieron a hasta finales de septiembre.

 

Informes de distintos medios

Mientras el diario español La Vanguardia informa que “existe estupor en la Argentina por el alarmante descenso del caudal de uno de sus principales ríos”. Donde además agrega que según el Instituto Nacional del Agua (INA), el nivel del río Paraná se encuentra a 0,20 metros en el puerto de Rosario, el peor registro de desde 1944. En julio de 2020, el nivel del río estaba a un metro y en 2019, a 4,49 metros”.

Embarcadero cerca de la ciudad de Rosario muestra el desastre ambiental provocado por tantos desmontes y matanza de tanta fauna silvestre. La Naturaleza está tomando parte por los más débiles. (Foto: La Vanguardia).

A lo que agrega: “Pero mirando hacia adelante la situación empeorará ya que no se espera una mejora sensible en los próximos meses. ‘Julio será particularmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua en las tomas urbanas’, sostuvo el INA. Esta baja histórica del Paraná se debe a que por tercer año consecutivo las lluvias son escasas en donde nace la cuenca del Paraná, en Brasil, lo que complica el caudal del río Paraguay y del río Paraná.

’’La falta de lluvias comenzó en 2019, pero en la zona de Argentina se sintió en 2020’, apuntó Alfredo Sesé, secretario técnico de la Comisión de Transporte, Infraestructura e Hidrovía en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)”, determinó la nota del diario español.

Mientras que la columnista de El Destape, Nora Bär, destaca la opinión de una meteoróloga y viceministra de la Ciencia de la provincia de Santa Fe, Carolina Vera, quien minimizó la afectación climática por la deforestación. “El evento extremo se debe a una serie de procesos desafortunados que incidieron en bajísimos niveles de lluvias en la parte brasileña de la cuenca del Paraná. Esta bajante es una conjunción de factores que se dieron simultáneamente en distintos lugares”, explica.

En la medida en que no se paren los desmontes, esto se irá agravando con los años. Muestra cerca de la ciudad Rosario, donde llegaron a medir 20 cm de agua. Un horror. (Foto: La Vanguardia).

Vera, oriunda de San Nicolás, recuerda que su mamá (que entonces tenía 12 años) contaba cómo durante la sequía de 1944 cruzaban el lecho del río caminando hasta una isla ubicada frente a la costa. Según la especialista, hay dos factores principales que incidieron en que no haya llovido. Por un lado, la variabilidad natural del clima y por otro el cambio climático inducido por actividades humanas, principalmente a través del aumento de los gases de efecto invernadero. Sin embargo, descarta otras hipótesis, como que esto se deba a la deforestación, escribió para El Destape, Bär.

 

La angurria de los sojeros es parte del problema

Desde EL SOL ABC, a la que se suman varias ongs ambientalistas como Greenpeace y otras, se viene anunciando este panorama desolador que sufre el río Paraná, principalmente en aproximadamente 200 km antes de llegar al puerto de la ciudad de Rosario y se intensifica en sus alrededores hasta llegar hasta localidad bonaerense de Zárate, por culpa de los intensos desmontes en terrenos de las provincias de Jujuy, Salta, Formosa, Chaco, Santiago del Estero y el norte de San Fe, como asimismo en la provincia de Corrientes. De todos los campos recorridos y relevados el 90 % fueron deforestados para plantar soja.

Por ello infieren desde La Vanguardia que “para las empresas agroexportadoras la situación es extrema. Al no poder cargar la mercancía completa en los buques en los puertos de Rosario, donde sale el 80 % de las exportaciones agroindustriales, deben hacerlo en otro lugar. En lo que, respecto a granos, terminan de llenar el buque en el puerto de Bahía Blanca o en el de Quequén, ambos en Buenos Aires. Si no, también pueden cargar lo que falta en los puertos de Brasil.

“Lo que acarrea esto es que se puede salir con los buques menos cargados de lo normal. En promedio hay 29 pies para que naveguen los buques cuando lo normal es lo 34”, informó Sesé. “Aparece el falso flete que encarece los costes logísticos”, agregó.

En 2020 se vivió una situación similar cuando en abril el río había descendido hasta los 0,4 metros. Y las pérdidas por sobrecostos en el flete habían alcanzado los 240 millones de dólares. Para este año todavía no hay cálculos, pero el referente pronostica que serán similares a los de 2020.

Según Guillermo Wade, presidente de la cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPYM), “los buques Handymax zarpan con 8.000 toneladas menos cuando carga más de 40.000 toneladas normalmente en el Paraná y los buques Panamax, con casi 10.000 toneladas de las 55.000 toneladas que se pueden cargar en dicho río.

’’En la medida que baja la altura del río, se debe cargar menos. Y está previsto que en septiembre alcance el pico de bajante que puede ser similar al de 1944. El río podría estar en 1,50 metros por debajo del cero en la escala hidrométrica de Rosario’, advirtió. Así, se prevé que se profundizarán las pérdidas para esa fecha ya que calcula que en los buques Handymax se cargarán unas 16.000 toneladas menos y en los Panamax, unas 20.000 toneladas menos”, termina señalando el medio español.

Lo cierto, es que los sojeros creen que “teniendo más tierras para cultivos van a ganar más, pero la realidad los ha puesto con la espalda contra la pared: equilibrio o nada”. Y ese es un fuerte mensaje de la Naturaleza, del planeta: “Si no entiendes por las buenas, por las malas lo vas a entender”. Hoy, de por lo mismo, están discutiendo alemanes, belgas, holandeses y franceses.